Tiene un hocico grueso, unas cerdas duras, no anda muy limpio, pero es muy cariñoso y no le gusta nada estar solo. Pero lleva quince días abandonado en la huerta de una vecina en la rúa Cobo, en la zona de A Edreira. Es un cerdo vietnamita que en su día, con pocos meses, debió de ser una monada pequeñita, pero creció y hoy es un ejemplar de unos sesenta kilos al que le cuesta andar con tanto barrigón. Su dueño dejó la vivienda que tenía en alquiler en esta calle para irse a vivir a un piso a otro municipio, en el que el animal no tenía cabida.

"El chico hizo la mudanza, se fue hace unos quince días, y de repente vimos el cerdo. Yo no sabía que lo tenía, otro vecino creía que tenía un perro... Nunca lo habíamos visto hasta ahora. El chico, muy buen vecino, se fue y dejó el cerdo en la huerta de una vecina, una señora mayor, y allí está ahora", explicó ayer una residente en la zona. "Tampoco se llevó la furgoneta, aún está aparcada ahí delante", agregó otro vecino.

Al descubrir su presencia en la huerta se avisó a la Policía Local, que acudió al lugar pero que no puede actuar en este caso. En una ocasión se escapó por la carretera pero regresó al día siguiente a la huerta.

"Por favor, que vengan a cogerlo cuanto antes. Que llamen y enseguida les abro la puerta para que lo cojan, es un fastidio tenerlo en la huerta", contó ayer el hermano de la dueña de la huerta en la que vive este cerdito.

El animal por ahora sobrevive gracias a la ayuda de los vecinos, que le han puesto una lata con agua y le llevan pan, manzanas, zanahorias y otras verduras. Los vecinos piden ayuda para que alguien adopte a este cerdo vietnamita comilón y cariñoso, o que se le traslade a una protectora porque creen que necesita cuidados.