El juzgado ha decretado prisión provisional para tres de los cinco integrantes de la banda de asaltantes de viviendas desarticulada en O Temple por la Guardia Civil. Según informó ayer el instituto armado, todos los detenidos contaban con detenciones anteriores por hechos similares y se les imputa ahora el asalto a domicilios con los moradores dentro. El juzgado imputa a los detenidos los supuestos delitos de robo con fuerza en domicilio, además de tráfico de drogas y hurto.

Los arrestados, todos de nacionalidad española y con edades comprendidas entre los 22 y los 42 años, son residentes en A Coruña, O Temple (Cambre) y Sada. Según informa el instituto armado, tenían un taller en Cambre donde los agentes encontraron numerosos efectos procedentes de los robos y armas. La desarticulación de la banda hizo necesaria la intervención de los equipos de élite de la Guardia Civil porque tenían numerosas armas similares a las utilizadas por las fuerzas de seguridad, aunque al intervenirlas se constató que eran simuladas.

La Justicia ha decidido enviar a prisión de manera provisional a tres de los detenidos, mientras que otros dos han quedado en libertad y continúan investigados; aunque no se descartan más detenciones.

Los hechos empezaron en junio, cuando los investigadores constataron coincidencias entre dos robos con violencia cometidos en Carral y Oleiros, al que más tarde se sumó otro cometido en el barrio coruñés de Mesoiro. En estos casos habían participado al menos cuatro personas con vestimenta oscura, pasamontañas y armas para "intimidar, amenazar e incluso agredir a sus víctimas", relatan fuentes del instituto armado.

"Los ahora detenidos utilizaban la fuerza para acceder a las viviendas, procediendo posteriormente a maniatar o amordazar a las víctimas, llegando a utilizar en algunas ocasiones armas de fuego simuladas, pistola eléctrica, cuchillos de grandes dimensiones o la fuerza física", agregan desde la Guardia Civil.

Un portavoz del cuerpo explicó ayer que "tal era la crueldad con la que intimidaban a sus víctimas para que les indicaran dónde estaban los efectos de valor, que en una ocasión aprovecharon que el dueño de la vivienda había salido para encararse en su interior con la mujer y el hijo pequeño de tan solo ocho años, a quienes no dudaron en maniatar y amordazar, creando una situación de indefensión total". "En otra ocasión se ensañaron a golpes con un chico, llegando a dejarle el rostro totalmente amoratado e incluso a una joven llegaron a aplicarle una descarga con la pistola táser", afirman desde el instituto armado.