Los abuelos van con una de las nietas en dirección a su casa en Corredoira das Viñas en Perillo. De repente atraviesan por la entrada de la verja de una obra, atraviesan entre montones de tierra, esquivan tuberías y un gigantesco agujero en el suelo. Los operarios han hecho una especie de sendero peatonal para su seguridad clavando unos hierros en el suelo y uniéndolos con cinta de obra. Es el único acceso que tienen para ir a su casa, rodeándola por la parte de atrás, después de que la constructora eliminase con la excavadora todo el frente de su finca, llevándose por delante el muro, el portal, una palmera y el garaje, además del acceso a su hogar. Ahora su casa está a una altura de tres metros sobre el nivel de la calle, al quitarle la tierra todo alrededor, y parece sitiada.

La familia afectada, sin embargo, no se queja de la situación. "A ver, es una incomodidad porque las obras empezaron en verano y el ruido es continuo y al pie de casa y el polvo no veas, yo ya no limpio las ventanas y la ropa ahora se cuelga dentro. También es una molestia porque tienes que atravesar por la obra con el carrito del nieto pequeño, con el carrito de la compra... Lo peor es que al tirarme el garaje he tenido que buscarme uno por mi cuenta. Me vienen el lunes a hacerme otro, subterráneo, que me cuesta unos 36.000 euros", explica el propietario.

El dueño no quiso entrar en la junta de compensación de esta urbanización POL-15 que construye Alvac y que contará con casi un centenar de viviendas (49 de promoción l ibre, 18 de protección y 25 chalés), porque le suponía un fuerte desembolso que no podía afrontar y le daban edificabilidad en proindiviso con otros dos propietarios, lo que rechazó.

"La finca de la vivienda tenía 1.004 metros cuadrados y ahora nos quedan 360. Donde estaba el jardín y tenía la piscina y los alpendres todos, ahí van las viviendas de protección. Y en el frente de la casa creo que me cogen seis o siete metros. Para que las cosas avancen hay que ceder, eso está claro. Y después esto quedará muy bien, al lado de casa va un parque y todo hacia abajo de As Viñas una zona verde. Y arriba, detrás de mi casa, un aparcamiento, una calle, y el bloque de vivienda social", indica el propietario.

Una palmera de esta zona fue desplazada unos metros pero la que él tenía delante de su casa se rompió cuando los obreros iban a trasplantarla también. "La obra va bastante rápido, nos dicen que en diciembre acaban, hasta entonces tenemos que seguir así".