A Coruña y su área han dado el primer paso para cumplir el mandato europeo que obliga a diseñar una estrategia que detenga la pérdida de especies y la degradación de ecosistemas. El diseño de la denominada infraestructura verde recogida en la Estrategia de la UE sobre la biodiversidad hasta 2020 infraestructura verdeEstrategia de la UE sobre la biodiversidad hasta 2020congregó ayer en la Fundación Barrié de la Maza a ingenieros, paisajistas, biólogos, urbanistas y políticos para poner en común sus ideas y dar el pistoletazo de salida a un proceso de participación ciudadana. El diseño de este plan, que impulsa la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio, estará listo a finales de 2018.

El instituto de Estudos do Territorio, la Escola Galega da Paisaxe Juana de Vega, el Instituto Tecnológico de Galicia y la Asociación de Desenvolvemento Rural As Mariñas-Betanzos expusieron ayer los retos que deben abordarse para alcanzar la meta de dotar a ciudad y su comarca de una infraestructura verde, una red de ecosistemas sanos que preserve la biodivesidad en los asentamientos rurales y urbanos. Volver a conectar espacios naturales fragmentados, mejorar su conectividad dentro de la comarca y garantizar unos ecosistemas en buen estado que cumplan sus funciones de suministro de agua y protección contra las inundaciones o la erosión del suelo fueron algunos de los objetivos que se marcaron todos los ponentes.

La directora de la Escola Galega da Paisaxe, Isabel Aguirre, apeló a la necesidad de poner freno a la "vertiginosa" pérdida de la biodiversidad - casi el 25% de las especies animales europeas se enfrentan al riesgo de extinción, incidió-; frenar el avance de las especies invasoras; proteger hábitats naturales y garantizar su conectividad con los núcleos habitados y promover una agricultura ecológica de proximidad - se estima que los alimentos importados por España viajan una media de 3.000 kilómetros para llegar del productor al consumidor, incidió -.

La arquitecta destacó el potencial del territorio que abarcan las comarcas de A Coruña, Betanzos y Eume por sus espacios naturales -las Fragas del Eume, monte Xalo, Cecebre, Serra da Serpe, las cuencas del Mero, Barcés o Mandeo y las marismas del río Baxoi-, entre otros. "La biodiversidad de Galicia es absolutamente espectacular dentro del contexto europeo", destacó Aguirre, que incidió en el valor patrimonial del Camiño Inglés otros elementos como la Torre de Hércules o los castros. Como debilidades, esta paisajista puso el acento en la fragmentación de hábitats; el impacto de infraestructuras duras, como las avenidas de entrada a la ciudad de A Coruña o las carreteras que interfieren en áreas protegidas; los polígonos industriales concebidos "como patios carcelarios" y la proliferación de especies invasoras, una de las principales causas de pérdida de biodiversidad.

Detener el avance de las especies exóticas, potenciar la agricultura ecológica de proximidad, el compostaje colectivo y el transporte público fueron algunas de las medidas que puso sobre la mesa la directora de la Escola Galega da Paisaxe y el gerente de la Asociación de Desenvolvemento Rural As Mariñas Betanzos, Jorge Blanco. Este técnico explicó que solo el 7% del territorio de la Reserva de la Biosfera está incluido en la Red Natura y apostó por aumentar la superficie protegida con la creación de Espacios Naturales de Interés Local (ENIL). Varios concellos ya han iniciado los trámites para preservar sus hábitats a través de esta figura, como Sada con As Brañas o Miño con las marismas del río Baxoi. Conectar estos espacios, promover los circuitos verdes, la agricultura ecológica de proximidad y los huertos comunitarios son algunos de los proyectos en los que trabaja el GDR y que prevé impulsar a través de la estrategia de infraestructuras verdes.

El director del Instituto Tecnológico de Galicia, Carlos Calvo, coincidió con los diagnósticos y objetivos y destacó la necesidad de apostar por las energías renovables y amortiguar el impacto de infraestructuras duras como polígonos o carreteras.