Esperaron un poco más de lo habitual. De hecho, ya sería tarde en un año normal, en un año con lluvia. Pero aún así la sequía ha mermado las existencias de uno de los bocados más esperados del otoño: las setas. Pese a una menor cantidad de la habitual, los ejemplares que hay bastaron ayer para consolidar los conocimientos teóricos de los cursos de setas de Culleredo, que este año alcanzaron su XXXIII edición con unos 80 participantes.

"Solo hay una norma en micología: saber exactamente qué especie es cada seta y coger siempre ejemplares en buen estado para reconocerlos y elegir solo los que conocemos con total seguridad", asegura Carlos Pastoriza, micólogo y encargado de impartir los cursos de setas en Culleredo, que ayer concluyeron con una práctica final en Torre Lavandeira, en Aranga. "No se deben correr riesgos que no valen la pena. Muchas veces la gente quiere ir por la vía rápida y yo les insisto en que no hay otra que saber bien qué especie es. La regla básica es fiarse solo de lo que conocemos bien", cuenta.

Los conocimientos de las clases previas a la salida sirven para sentar las bases, pero en el campo las confusiones abundan al principio. "Las primeras veces que la gente sale al campo, todas las setas les parecen iguales. Hay muchísimas confusiones. Se necesita práctica. Al principio, les parecen la misma especie setas que a mis ojos son totalmente diferentes", cuenta el micólogo. La salida ayuda a afianzar conocimientos sobre el terreno. "Lo importante es que la gente aprenda. Tampoco vamos con la intención de llenar las cestas. Aunque no cojamos muchos ejemplares, los que cogemos sirven para aprender y asentar lo que aprendimos en el curso. Se necesita mucha práctica, salir bastantes veces", asegura el profesor.

Los riesgos de coger especies que no se identifican con seguridad conllevan, en el peor de los casos, la muerte. "Hay especies comestibles que se parecen mucho a otras mortales", explica Pastoriza. En Galicia, detalla, la amanita phalloides es una de las especies más peligrosas y fácilmente confundible con otras aptas para el consumo humano. "Es muy común, la que más intoxicaciones provoca en Galicia, y es mortal. Todos los años hay casos de envenenamientos con amanita phalloides. Creo que la gente la confunde con variedades blancas, a lo mejor como los champiñones", apunta el micólogo, con años de experiencia en impartir cursos.

La consolidación de los cursos en Culleredo es muestra del auge que vive la micología. "Cada vez hay mucha más gente interesada en las setas. Hay mucha comercialización y se nota. Algunos vienen ya formados", afirma Pastoriza.