Manuel Rumbo Queijas tenía que desalojar la vivienda en la que ha vivido los últimos 33 años el pasado 1 de noviembre. "Por ahora no han venido a sacarme así que sigo aquí", señala este vecino de Iñás de 59 años que reside en la primera planta de una muy humilde casa. Es la vivienda en la que residió estos años con su madre, que falleció en 2013, pero tiene que dejarla porque finalizó el contrato de alquiler y las propietarias no quieren renovarlo sino vender la casa.

"Con 430 euros de subsidio que cobro, puedo pagar esta vivienda porque son 120 euros al mes, pero ¿dónde encuentro otra por este precio? Porque después tengo que pagar también luz, agua, basura, teléfono, comida... Y no quiero marcharme de Iñás, donde he vivido hasta ahora", destaca. Rumbo tiene una ilusión. Como no puede pagarse otro alquiler por ese precio y porque quiere seguir viviendo en la misma casa en la que ha estado más de treinta años, sueña con comprar la vivienda a las propietarias. "No creo que sea muy cara, ¿no?".

Para lograr este objetivo necesita dos cosas. Primero, que el Concello de Oleiros le abone los fondos de la Fundación Paz y González de los últimos tres años. Esta fundación se creó para gestionar un coto de caza de casi 350 hectáreas en Ávila, propiedad del Ayuntamiento de A Coruña desde 1904 por una herencia de Vicenta Paz y González, una adinerada mujer que en su testamento dejó consignado que se crearía una fundación para explotar su finca los beneficios obtenidos se distribuirían entre los pobres de las parroquias de Almeiras en Culleredo e Iñás en Oleiros.

Manuel es uno de los beneficiarios de esta fundación por su situación económica y por residir en Iñás. Recibir esta asignación atrasada le ayudaría a contar con una cantidad de la que partir para plantearse la opción de comprar la vivienda (aunque por ahora no sabe cuánto piden las propietarias por ella, al no vivir en el municipio).

La segunda parte de su idea es ya más arriesgada. "Pido un euro a cada español para poder comprar la casa de su madre", dice, aunque estrictamente es la casa en la que vivió de alquiler su madre y él. Manuel va aún más lejos y a los primeros a los que les pide un euro es a los que más tienen: "el Rey Emérito, el Rey Felipe, fiscales, jueces, presidente del Gobierno, ministros, parlamentarios, senadores, procuradores, letrados, presidentes de comunidades autónomas y de diputaciones, alcaldes, funcionarios ".

Si Lola Flores fue pionera en pedirle "una peseta a cada español" para pagar su deuda con Hacienda y si el alcalde de Oleiros pidió un euro a sus vecinos o lo que cada uno pudiese poner para ayudarle a abonar la sanción de 31.000 euros a una jueza por intromisión en su honor, y logró que 411 familias le ayudasen, Manuel también quiere intentarlo.