La Dirección Xeral de Patrimonio anunció el pasado enero la reapertura del expediente para declarar Bien de Interés Cultural La Terraza de Sada. Su propósito, dijo, era que este singular inmueble modernista dispusiese de la distinción en 2017. A punto de que finalice el año y ante la ausencia de información sobre los avances en la tramitación, el Concello ha remitido un escrito a la Directora Xeral de Patrimonio Cultural para interesarse por "el estado en el que se encuentran los informes sectoriales precisos".

El Gobierno local aprovecha la misiva para informar al departamento autonómico de la reciente aprobación del plan general de Sada, ya que el Gobierno gallego había condicionado en 2012 la distinción a la aprobación del PGOM, aunque la ausencia de un planeamiento no le impidió conceder esta distinción al pazo de Meirás.

La Xunta sostiene que el expediente continúa abierto, a pesar de que la Lei do Patrimonio establece seis meses de plazo para resolver una petición de BIC y recoge textualmente que " la solicitud de incoación del expediente se entenderá desestimada cuando hayan transcurrido seis meses desde su presentación sin que se hubiese emitido resolución expresa".

No sería la primera vez que la Administración deja caducar el expediente. A La Terraza, el BIC se le resiste. Pese al valor patrimonial y sentimental de La Terraza, el Estado y la Xunta han fracasado en todos sus intentos de otorgar una distinción a este emblemático edificio de hierro, cristal y madera trasladado de A Coruña a Sada en 1912 y que ha logrado superar su condición de venidero y erigirse en el emblema de Sada.

El primer intento de declarar Bien de Interés Cultural este kiosco modernista diseñado por Antonio López Hernández se remonta a 1975. El Ministerio de Cultura inició el 24 de enero de ese año el expediente para declararlo Monumento Histórico Artístico Nacional. Los trámites concluyeron solo cuatro meses después con la publicación de un expediente que no llegó a resolverse.

La Xunta realizó una segunda intentona en 1995, pero no llegó a concluir los trámites y el expediente caducó. Durante el pasado mandato, en 2012, la Consellería de Cultura avanzó su intención de incoar el expediente, pero finalmente aparcó su tramitación y supeditó los avances a la aprobación del Plan General de Ordenación Municipal.

A principios de año, y tras una nueva petición del Concello, el Gobierno gallego reabrió el expediente y anunció que solicitaría ya los informes preceptivos para su catalogación con la vista puesta en culminar el año con una distinción que garantice un futuro a este monumento en horas bajas.