El presupuesto del Concello de Oleiros para el año que viene, 28 millones de euros que suponen un 2,91% más que el de este año y con una partida para inversión real de 5,6 millones, se aprobó en el pleno de ayer con el voto en contra del PP y del PSOE y la abstención del BNG. Los tres partidos coincidieron en criticar que gran parte de la inversión, 2,2 millones, se vaya a financiar con una previsión de ingresos por la venta de parcelas municipales (en As Viñas, Canide y una parte del campo de golf de Xaz).

La portavoz del PP Tristana Moraleja preguntó al alcalde, Ángel García Seoane, que dijese qué partidas eliminaría si no vende todas las parcelas que prevé, lo que ha sucedido ya otros años. El portavoz socialista Jorge Pérez subrayó que fiarlo todo a la venta de solares para financiar obras es "un brindis al sol", cuando gran parte del presupuesto de ingresos de este año no se ejecutó; y el portavoz del BNG Fran Rei alertó del "monocultivo del ladrillo", la "dependencia" del Concello de la construcción.

Los tres partidos de la oposición también coincidieron en destacar que es un presupuesto "copiado" del 2016 y del 2017, con ausencias de nuevo como la de partidas para comercio local.

Seoane subrayó que Oleiros es un concello totalmente saneado, "sin pufos", que no pudo aumentar el presupuesto por la ley Montoro que establece un límite de gasto. Destacó las obras que se han incluido en el presupuesto que responden a peticiones de los vecinos, al ser presupuestos participativos, fundamentalmente asfaltados y aceras. Recordó que va a contratarse el año que viene la ejecución de una acera de Oleiros a Santa Cruz en la margen derecha, los parques infantiles en Arillo y Mesón da Auga, la mejora del entorno del castillo de Santa Cruz, adecuar la escola das Pedras para lugar de ocio de jóvenes, el deslinde de todos los terrenos municipales o la limpieza de las fincas de los vecinos de Dexo.

García Seoane se mostró en el pleno de ayer con un tono más airado de lo normal a lo largo de toda la sesión, de forma que tuvo un rifirrafe con los portavoces de los tres grupos políticos y a la del PP incluso la llamó al orden dos veces y le mandó callar la boca bajo amenaza de expulsión. Incluso interpeló a la periodista de este periódico para que se chivase de quién le había informado de los datos del presupuesto para después exponerlos en el diario. Los tres portavoces le preguntaron qué le pasaba y el regidor replicó que ellos usaban la ironía punzante para atacarle y él optaba por hacerlo "de forma directa".