El Gobierno local de Bergondo ha propuesto a la Xunta que analice la posibilidad de incluir el monte de Santa Marta de Babío, que cuenta con un "mirador natural", dentro del Catálogo de Paisaxes de Galicia. El Ejecutivo considera que sería "adecuada y necesaria" esta inclusión para "completar una visión paisajística" de este municipio y de toda la comarca porque desde lo alto de esta elevación, que está a 186 metros sobre el nivel del mar, existe una importante y "hermosa" panorámica que solo es interrumpida en un tramo por la presencia una gran masa de eucaliptos.

El grupo de Gobierno también solicita al Ejecutivo gallego que este mirador de Santa Marta de Babío se incluya en "las estrategias de promoción" y en el "plan de rehabilitación de miradores de la comarca que tiene en marcha Turismo de Galicia", en colaboración con los ayuntamientos y las consellerías de Medio Ambiente y Medio Rural.

Bergondo destaca que este "mirador natural" del monte de Santa Marta de Babío, además de sus vistas privilegiadas tiene la singularidad de ser un "vértice geodésico", el único del municipio y uno de los pocos de la comarca. Un vértice geodésico es un punto que indica una posición geográfica exacta conformando una red de triangulación junto a otros vértices y que ayuda, por ejemplo, a elaborar mapas topográficos a escala.

En un periódico madrileño, Las maravillas de España, de 1929, un autor cita el monte de Santa Marta o monte do Adro como "centro matemático de las tierras de Bergondo, el corazón de la Mariña, el Pindo de esas tierras", lo que reafirma su importancia.

Esta elevación además es lugar de leyendas antiguas además de ser un centro de romería. En la iglesia situada en lo alto del monte se realiza una romería importante, que es herencia, según los expertos, de cultos paganos o precristianos realizados en este mismo lugar.

El Concello recuerda también que este monte figura en publicaciones como Patrimonio da Comarca das Mariñas de Xosé María Veiga y Juan Sobrino, donde se recuerda un escrito de Manuel Martínez Santiso que recogió la leyenda de un caballero que como acto de arrepentimiento de sus pecados fundó cuatro templos elevados, de los que hoy solo quedan el de Babío y el de A Espenuca.