Denuncias de las familias, como la de una madre en diciembre de 2016; recogidas de firmas en Change.org; denuncias de sindicatos, como la de UGT a principios de este año; partidos que cada año presentan alegaciones a los presupuestos de la Xunta para que incluya partidas para esta residencia; la difusión desde la Coordinadora Antiprivatización da Sanidade Pública en 2016 sobre las deficiencias en la atención a los usuarios detectadas por la Inspección de Maiores, Discapacidade e Dependencia. ¿Qué pasa en la residencia asistida de maiores de Oleiros que todos los años es objeto de quejas, hasta tal punto de que el mes pasado incluso llegó el asunto al Parlamento gallego, y en enero de este año fue objeto de debate en un pleno del municipio al trascender la denuncia de familiares y trabajadores de que se cortaba la calefacción en la residencia por la noche, en plena ola de frío, y las empleadas estaban "con dos polares y "mantas encima" para trabajar?

La situación en esta residencia que depende de la Xunta acaba de generar otra reacción más : Movemento Cidadán pola Mellora da Residencia de Maiores de Oleiros, es el nombre del colectivo que está en plena constitución y que pretende agrupar tanto a trabajadores del centro público de Pousada como a familiares de usuarios y vecinos, entre otros, ante el cansancio por la situación que se vive desde hace años, sobre todo desde 2012, en esta residencia en la que se denuncia falta de personal y de material y una sobrecarga de trabajo.

"Queremos humanizar este trabajo, más personal y más medios para trabajar con unas condiciones dignas", explica una de las trabajadores de la residencia, que al igual que el resto prefiere no dar su nombre. "Las condiciones en esta residencia son muy duras, sobre todo en el departamento de enfermería, con un ritmo de trabajo infernal, tienen un ritmo de trabajo inhumano. No es de extrañar que sea el centro con mayor número de accidentes laborales, la gran mayoría por sobreesfuerzo de los trabajadores", explicó ayer uno de los integrantes de este movimiento ciudadano, Héctor Sánchez.

"Por la semana son cuatro auxiliares y otra que está a media jornada, de ocho a dos menos cuarto. A la hora de las comidas somos cuatro auxiliares de enfermería para atender a 24 usuarios que no bajan al comedor, sino que comen en una sala en la planta, solo en nuestra planta. Los mayores que atendemos necesitan tiempo para comer, comen mal, y además no tragan bien, van lentos, y es algo que los jefes no entienden", explicó una auxiliar del centro.

"De ocho a nueve y media tienen que estar treinta personas preparadas para estar en el comedor y somos cinco trabajadoras, por ejemplo. Antes te dejaban compartir usuarios, podían subir de otras plantas donde hubiese menos a ayudarte pero ahora no dejan. Harían falta por lo menos cuatro auxiliares más, por las mañanas", destacó otra trabajadora.

"Trajeron tres grúas nuevas, sí, pero son malísimas, no valen para nada. En la cuarta planta una grúa se rompió cuando subían a una residente. Sabemos, porque las hemos visto en otras residencias, que hay grúas buenas, desde el techo. Nosotros no podemos levantar esos pesos. En mi planta hubo hasta ocho personas de baja, más de la mitad por accidentes laborales", explicó una auxiliar. "En la quinta planta no hay material para esterilizar y yo de noche tengo que dejar a mis 44 residentes para ir a otra planta a esterilizar el material", añadió su compañera.

Las quejas no son solo de las auxiliares, también de las camareras. "Limpiamos cuarenta habitaciones y 21 baños cada día, los mares y jueves a mayores tenemos limpieza general donde limpiamos techos y paredes y levantamos colchones, tiene que estar hecho de nueve y media a once y media. Y los fines de semana son 60 habitaciones y treinta baños si falta una persona, y más cuando faltan dos. Y ahora ponen los desayunos con bandeja individual, que luego tenemos que bajar, además de transportar bolsas y bolsas de pañales hasta el contenedor. Y cada camarera baja una hora a doblar a lavandería, además de su trabajo, nos tienen para todo", critica una afectada.

"Las cortinas de las escaleras son enormes y cuando se lavan tenemos que colgarlas, mojadas, con lo que pesan, solo una persona, no dejan hacerlo entre dos, y ya hubo dos caídas en las escaleras", apuntó otra trabajadora. "Hay que humanizar las condiciones de los trabajadores, lo que también redunda en la mejor atención a los residentes", indicó Héctor Sánchez.

El grupo En Marea llevó al Parlamento el pasado mes una Proposición no de Ley para exigir a la Xunta que cubriese la demanda de personal y deficiencias materiales de la residencia, propuesta que apoyó el BNG y el PSOE y que el PP rechazó. En la comisión en la que se debatió la proposición En Marea denunció que hay una sola auxiliar para 44 usuarios, para realizar cambios de postura, solo hay un terapeuta ocupacional y un animador sociocultural, ningún psicólogo y un psiquiatra que va seis horas al mes, para atender a una residencia con 284 mayores.

El PP replicó que las deficiencias señaladas ya se habían corregido y sobre el material solo faltaba un aparato de rayas a punto de entrar. El PP relató las mejoras realizadas en el centro, con más de 800.000 euros en reformar la sala de enfermería, nueva cafetería, sala de fisioterapia o renovar la lavandería. También anunció que estaba en licitación un centro de atención diurna en la segunda planta, que estaría terminado para el próximo junio, además de renovarse todo el suelo. Respecto al personal el PP afirmó que "supera en más de sesenta efectivos el mínimo exigido por la normativa".