El abandono ha abierto nuevas grietas y desconchados en la conocida como Casa do Escudo de Sadadarriba. La vivienda, considerada una de las más antiguas del núcleo urbano, languidece prácticamente oculta por los modernos bloques de edificios de Párroco Villanueva. De poco le ha servido su escudo, ese Bien de Interés Cultural que preside la fachada y que atestigua un ilustre linaje que cuesta vislumbrar entre las ruinas.

Su catalogación no ha resultado efectiva a la hora de velar por su conservación. Esta casa protegida resiste en pie a duras penas y siguen sin trascender proyectos para su rehabilitación cuando se cumple una década del primer intento fallido del Concello. Hace justo diez años, en enero de 2008, el Ayuntamiento abrió un expediente a la promotora propietaria para que acometiese de modo inmediato las obras que garantizasen su conservación. Una orden que, salta a la vista, no obtuvo la respuesta deseada.

Los propietarios de la casa manifestaron desde el principio su desacuerdo con los criterios que habían llevado al Consistorio a incluir este inmueble en el catálogo de Patrimonio. Ya en 2002, Promociones Folgar presentó un proyecto de demolición en el que alegaba que esta vivienda tradicional corría riesgo de derrumbarse. Lo mismo podría alegar ahora: la fachada principal conserva medianamente el tipo, pero la parte trasera es una auténtica ruina que solo conserva en pie parte del frente.

La reciente sentencia del Tribunal Supremo que condena a esta promotora de Párroco Villanueva a concluir las obras de urbanización y a solventar las graves deficiencias de los edificios pone el foco otra vez sobre este elemento patrimonial en horas bajas, inmerso en el limbo urbanístico que rodea a parte de la urbanización y que trae de cabeza a decenas de residentes que siguen sin licencia de primera ocupación.

La Casa do Escudo forma parte de la negra herencia que dejó en Sada el ladrillazo. El desarrollo urbanístico de Sadadarriba a punto estuvo de reducir a escombros este edificio catalogado, que quedó rodeado de nuevos bloques de viviendas y que sufrió durante las obras reiteradas agresiones, hasta el punto que en 2006 los vecinos del entorno se movilizaron para reclamar al Concello medidas que evitasen su desaparición.

El Gobierno local, presidido en aquel momento por Ramón Rodríguez Ares, cuestionó el valor de la vivienda y abogó por iniciar el expediente para su descatalogación. El cambio de Ejecutivo Municipal en 2006 dio un indulto al edificio y en 2008, el bipartito (BNG-PSOE) dio el primer paso para su rehabilitación con la apertura de un expediente a la promotora.

Los requerimientos no culminaron con la recuperación de la vivienda, que volvió a la palestra durante el mandato de Ernesto Anido. El regidor popular anunció en 2012 su intención de recuperar la casa para usos municipales y cargar los costes a la promotora. Su previsión, incluida en el plan general, sigue sin fecha. La Casa do Escudo está inmersa en uno de los ámbitos de resolución más compleja, aunque el actual gobierno mantiene en previsión su rehabilitación.