Tras décadas oculto bajo la maleza y el abandono, el único jardín modernista público de Cambre ve de nuevo la luz tras el desbroce en la finca de Casa Arrigada. Creado junto a la casa, en 1908, el espacio verde conserva todavía restos, aunque deteriorados, de algunos de sus elementos más característicos, como paseos trazados con ejemplares de boj, árboles exóticos y autóctonos o esculturas. El Concello regenerará el jardín dentro de los trabajos de rehabilitación y mejora de accesibilidad iniciados en el inmueble para convertirlo en Oficina Municipal de Información Xuvenil (OMIX).

Tras la puerta con vidrieras decoradas con motivos florales asoma un jardín custodiado por dos esculturas que señalan la entrada: una talla de la Ceres, la diosa romana de la agricultura, la abundancia y la fecundidad; y la figura de un hombre con un gesto similar al de un pensador con tres perros que descansan a sus pies, símbolo de obediencia, que conforman una imagen "bucólica" y una "alegoría propia de la época", explica el concejal de Patrimonio, Ramón Boga. "Había un montón de esculturas, pero no se conservan", explica el edil, quien recuerda que la finca llevaba "décadas abandonada" al punto de que la maleza impedía ver los edificios colindantes desde su interior, y que los jardines originarios abarcaban la superficie de todo lo que hoy es la urbanización Arrigada.

La parte que se conserva da muestra de la variedad de especies vegetales y elementos ornamentales que poblaron el espacio de recreo de que disfrutaron los primeros propietarios, la familia del exalcalde cambrés franquista Uría. Además de las esculturas y los recorridos de paseos dibujados por boj que aún se adivinan entre los rastrojos, que pronto se limpiarán, se encuentran árboles como un nogal, un roble, un saúco, un cerezo, algún espino, un peral o tres palmeras, señala Boga. "Tiene un gran valor patrimonial", sostiene.

En la terraza anexa al jardín, la balaustrada situada al frente, al lado de la fachada, está coronada por elementos ornamentales típicos de la época, como la talla de un león o figuras de piñas, todos en un característico color verde botella. Frente a ella, destacan los ornamentos de la cornisa y sobre las ventanas, de inspiración floral, en un estilo que, según Boga, evoca a Gaudí.

El Concello recuperará los jardines para uso público. Una vez limpiados los rastrojos, saneará los árboles y estudiará cuáles pueden conservarse, replantará bojs para reconstruir los paseos y acondicionará los espacios intermedios.