El tapón urbanístico de la calle Balado se enquista. El Concello y la familia de la propietaria de la vivienda situada en el medio de las tres que se prevé demoler, la número 12, cruzan acusaciones. El Gobierno local ha desvelado que la casa fue adquirida en marzo de 2012, cuando ya había sido calificada como ruina en informes previos y con las normas subsidiarias de 1994 que prevén su derribo para abrir un vial en vigor, por 18.000 euros. Y sostiene que allí no vive nadie. La familia de la dueña, en cambio, rechaza la consideración de estado ruinoso y defiende que es "la vivienda habitual" de la propietaria, de 90 años, aunque admite que duerme en casa de su hija "porque es mayor".

"Esta casa es su vida. Viene todos los días, vive aquí desde hace más de cincuenta años. Paga aquí la contribución, las facturas, le dejan aquí el pan y está aquí empadronada", alega una nieta de la dueña, Loreto Taibo, hija del exconcejal de EU Luis Taibo, hijo de la propietaria. Parte de la familia estaba en la mañana de ayer reunida en la entrada del inmueble, que conserva la barra y botellas cubiertas de polvo del bar que la propietaria regentó hasta finales de los años 90. Los familiares critican que el Gobierno local, contra lo que prometió, no conversó con ellos ni les notificó el inicio de la demolición del edificio colindante, que comenzó ayer, y que temen que dañe a su propiedad debido a la frágil separación entre ambas. Exigen un proyecto de demolición individual y garantías de que el derribo de la casa anexa no afectará a la suya, además de criticar que la empresa contratada por el Ayuntamiento para el derribo cortó la luz y accedió a la finca -ya expropiada- por la fuerza -rompieron un candado- y sin previa notificación ni diálogo.

Los familiares denuncian, además, que el mismo arquitecto contratado por la promotora que edificaba en el entorno a principios de la década del 2000 fue contratado por el Concello para ratificar la calificación de ruina y que algún informe se hizo desde fuera. El Gobierno local replica que todos los informes tienen aval de los técnicos municipales y recuerda que el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número uno de A Coruña ratificó la declaración de ruina -"económica, técnica y urbanística"- en una sentencia de finales de 2017, fallo que la familia ha recurrido y que está pendiente de resolución por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. La familia añade que la casa se adquirió en 2012 "después de pelear durante años" y arreglar ciertos asuntos familiares. Admiten que conocían la calificación de ruina y el plan de abrir un vial y no se oponen al derribo, pero reclaman "que se le garantice otra vivienda".

El Ejecutivo local sostiene que cuenta con informes que avalan la demolición de la casa anexa. El alcalde, Óscar Patiño, repasó ayer en rueda de prensa diversos informes e iniciativas que recomendaban o aconsejaban su declaración de ruina y demolición desde hace quince años y que acreditaban que en la casa "no vive nadie". Entre los documentos, leyó una petición de más de 72 vecinos y comerciantes de la zona que en 2007 pedían eliminar el tapón urbanístico o una solicitud del anterior propietario de 2004 de declarar ruina la casa, documento en el cual aseguraba que en la propiedad no vivía nadie, sino que estaba ocupada "en precario" con "visitas temporales". El Gobierno local sostiene que la vivienda no es la residencia habitual de su dueña y que "jamás se ha solicitado licencia para reparación, restauración o rehabilitación, según los técnicos", aseguró ayer el alcalde.

Apunta que los dueños conocían la calificación de ruina y el plan de abrir la calle cuando la compraron "en marzo de 2012", por 18.000 euros. En la actualidad, el terreno se ha valorado en el procedimiento de expropiación en "unos 32.000 euros", valoración que la familia ha recurrido por considerar insuficiente. La casa no tendría ningún valor si se mantiene su calificación de ruina.

"Amenaza" al alcalde

Patiño hizo público ayer un mensaje privado enviado por redes sociales por una familiar de la dueña con "una amenaza" hacia él y su familia. "Ojalá que algún día te tiren tu vivienda con tu familia dentro y sufran como cerdos. Hijo de puta. Aplica la ley mordaza. Cobarde", escribió una pariente al regidor en la noche del martes, mensaje que los familiares más directos no suscriben y del que se desvinculan. El alcalde renuncia a denunciar este mensaje.

Mientras la justicia resuelve si la casa número 12 debe considerarse ruina y, por tanto, demolerse sin más, o por el contrario debe pagarse como vivienda habitable, el Concello ha comenzado a demoler el inmueble del número 14, adquirido por el hijo del exconcejal Manuel Marante en 2014. El Ayuntamiento ha depositado el importe correspondiente al terreno, que los propietarios cobrarán en cuando acudan con las escrituras.