Durante dos semanas viven en otro país, en la casa de una familia desconocida, hablando y escuchando un idioma diferente las 24 horas, en las clases del instituto, en la cafetería, en el supermercado. Así es una inmersión lingüística, en la que el instituto plurilingüe Neira Vilas de Perillo es uno de los más veteranos: el próximo 13 de marzo saldrá para Francia un grupo de cuarenta alumnos para realizar su décimo intercambio escolar con el Collège Notre Dame Le Menimur de la localidad de Vannes, en la Bretaña.

"Otros centros tienen problemas para juntar a una veintena de alumnos, nosotros tenemos más demanda de participación en estos intercambios escolares que plazas. Son ya diez años y tenemos una magnífica relación con el centro de Vannes, que siempre nos recibe con los brazos abiertos, y sobre todo con la profesora Catherine Le Blay, gracias a la que estos intercambios son un éxito", explica Carlos Vidal, jefe del departamento de Francés del Neira Vilas y que ha participado en todos los intercambios a lo largo de esta década, en los que han participado más de 400 alumnos.

El Neira Vilas es un centro de referencia en Galicia en francés, y el único de la comunidad gallega con la doble titulación del Bachibac, Bachillerato español y francés, que ya va por la tercera promoción, y con un cien por cien de aprobados.

Carlos Vidal destaca algunas de las ventajas que tiene para un alumno realizar un intercambio con otro país, entre ellas que el estudiante tiene que desenvolverse en un medio totalmente francófono, en una familia, en la calle, está permanentemente expuesto. Pero además de ayudarles a practicar el idioma aprenden "características del acento, la entonación particular del grupo social con el que se relacionan", y también les ayuda a distinguir las diferentes expresiones de las personas en función de su edad, profesión o clase social.

"La inmersión total del alumnado hace que aprenda sin darse cuenta una gran cantidad de palabras y expresiones" día a día, apunta Vidal, que añade otros beneficios del programa, como la mejora del alumno en la confianza al hablar francés, en las habilidades comunicativas orales, en superar el miedo a hablar el idioma y en el aumento de la motivación para seguir aprendiendo. Además, contribuye a su madurez intelectual y emocional.

Estas casi dos semanas de intercambio además son una gran ayuda para realizar después los exámenes DELF (el Neira Vilas es uno de los que más alumnos presenta a estos exámenes en todos los niveles y con un cien por cien de aprobados). "Muchos de nuestros alumnos han participado durante cuatro años seguidos, desde segundo de ESO a primero de Bachillerato. Creemos que los buenos resultados en los exámenes son consecuencia directa de la participación en los intercambios", destaca este profesor.

Si los alumnos oleirenses pasan quince días en la Bretaña, después vienen al municipio los franceses, que practican así el castellano, y el gallego. Con el intercambio también se aprovecha para hacer turismo cultural: los oleirenses descubren los grandes encantos de Bretaña (los alineamientos megalíticos de Carnac, el Mont Saint Michel, Saint Malo...); turismo de ocio (París, Eurodisney, el Futuroscope, los castillos del Loira); y gastronómico. "Nuestros alumnos siempre echan de menos las galettes, una especialidad de Bretaña parecida a una crepe", explica Vidal. "Algunos forjan tan buena relación con las familias con las que están que después van las dos familias juntas de vacaciones, o van ellos allí de nuevo cuando hacen el Erasmus", añade.

Este profesor del instituto oleirense Neira Vilas destaca la colaboración del departamento de francés del instituto y del ANPA, que ayuda económicamente para que los alumnos puedan realizar este intercambio. Vidal también agradece la colaboración del Concello al prestarles locales para la "cena de amistad" que le dan a los alumnos franceses en Oleiros; y la de los compañeros docentes que le acompañan en los intercambios: Isabel Mariño, Xosé Antón García y Juan Santamaría.