Las dos esculturas del Maestro Mateo que están en posesión de los descendientes del dictador Francisco Franco, identificadas como Abraham e Isaac, serán Bien de Interés Cultural (BIC), al igual que las otras siete figuras del autor que pertenecían a la desaparecida fachada occidental de la catedral de Santiago de Compostela. La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural ha abierto expediente para realizar esta declaración.

Las esculturas de Abraham e Isaac (también identificadas como Geremías y Ezequiel por un experto), son las únicas piezas de la antigua fachada occidental, junto a Santiago Miles Christi, que están en manos privadas, el resto (el Rey David y el Rey Salomón, Enoc, Elías, una figura masculina con cartela que podría ser el profeta Malaquías y una cabeza de estatua), están guardas en el Museo de la Catedral de Santiago o en el Museo Provincial de Pontevedra.

Las dos figuras que poseen los Franco han estado en la Casa Cornide durante todos estos años hasta su préstamo para la exposición en el Museo del Prado entre 2016 y 2017 y luego la muestra del Pazo de Xelmírez de 2017 a 2018. Hace unas semanas las dos esculturas regresaron a manos de la familia, pero no las llevó a Cornide sino al pazo de Meirás, donde están expuestas en la capilla, así que ya se cumple una de las obligaciones de todo BIC, que pueda ser visto por el público.

La Xunta también ha ordenado una anotación preventiva en el Registro de Bienes de Interés Cultural de Galicia y que se comunique al registro del Estado. También se les aplica ya a estas esculturas, de forma inmediata y provisional, la protección que marca la ley. El expediente deberá resolverse en un plazo máximo de dos años. Con esta declaración también se abre un período de información pública de un mes para que todos los interesados puedan examinar la documentación y presentar alegaciones si lo deseen. El expediente está en la Consellería de Cultura en Santiago.

Según se relata en la resolución de la consellería, las dos estatuas-columna de granito se desmontaron para realizar la reforma de la facahda exterior del pórtico de la catedral a finales del siglo XVII y el entonces conde de Ximonde rescató algunas para llevarlas a su casa, entre ellas Abraham e Isaac. Consta en documentos que en 1948 el conde vendió al Ayuntamiento de Santiago las esculturas con la condición de que nunca abandonaran la ciudad. Las figuras estuvieron en la escalera del pazo de Raxoi hasta que pasaron a manos de los Franco. La escultura de Isaac (también identificada como Ezequiel) se rompió por debajo de las rodillas y se unió de nuevo con cemento.