La Xunta y el Estado siguen sin fijar fecha para la regeneración de la ría de Betanzos. El Gobierno gallego había marcado 2015 como la fecha tope para el saneamiento integral del estuario, pero en su memoria del estado de desarrollo de las Directrices de Ordenación del Territorio admite las carencias en la depuración y la persistencia de los vertidos (abrió expediente por 23 en el último año).

El saneamiento integral de la ría de Betanzos no es la única obra que se le resiste a la Administración. El Estado ha guardado otra vez en el cajón otra obra largamente demandada por los ayuntamientos: la regeneración de las playas de Miño, Gandarío y Sada, en trámites desde el año 2002. La Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar ha licitado y anulado hasta dos veces durante este mandato la primera fase del proyecto, valorado en 2,4 millones y que afectaba solamente el arenal de Sada.

El Estado apela ahora a la necesidad de realizar un análisis exhaustivo del impacto al constatar lagunas en la declaración de impacto ambiental de 2010, como el hecho de que no recogiese la existencia de una pradera marina en la playa de Sada merecedora de protección y cuya presencia había sido advertida ya por los ecologistas en 2015.

Un repaso a la hemeroteca deja en evidencia los vaivenes en la tramitación de un proyecto que despertó desde el principio los recelos de las cofradías de los pescadores y de los ecologistas por su impacto ambiental.

▶2006: Elaboración del estudio de impacto ambiental. Costas publicó en 2006 un estudio de impacto ambiental que incluía la extracción de 866.000 metros cúbicos de arena en el exterior de la ría Ares-Betanzos y también el dragado de 489.000 metros cúbicos de sedimentos en el entorno de O Pedrido que serían depositados en la zona de extracción de arenas para las playas; y el aporte de 407.000 metros cúbicos de arena de arena a la playa Grande de Miño y la retirada de 23.000 metros cúbicos de gravas o limos de las dunas; el relleno de 92.000 metros cúbicos en Gandarío y el traslado de la conducción de saneamiento y el aporte de 262.000 metros cúbicos de arena a la playa urbana de Sada. El plan incluía también la rehabilitación del espigón de O Pedrido.

▶Fase de consultas previas sin contar con los colectivos ecologistas de la comarca. Medio Ambiente consultó a varios organismos, colectivos e instituciones para la realización del estudio de impacto ambiental. Costas informó a las cofradías de pescadores de la ría, pero no a los colectivos ecologistas de la comarca, sino a entidades con sede en Madrid o Santiago. La Sociedade Galega de Historia Natural, colectivo que ha logrado ahora paralizar el proceso de contratación de las obras por su afección a una pradera marina, critica que no se hubiese tenido en cuenta a las entidades de la zona, que son las que conocen en detalle la riqueza ambiental de los enclaves.

▶2007: Informes desfavorables de varios organismos públicos por su impacto. El proyecto recibió informes desfavorables de la Dirección Xeral de Recursos Mariños por los efectos negativos del aprovisionamiento de áridos en la zona de O Pedrido por los problemas de contaminación. El organismo alertaba de imprecisiones en el estudio y en el plan de seguimiento ambiental y advertía del riesgo para la actividad marisquera en Sada. La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural emitió también informe desfavorable porque no incluía una prospección intensiva previa de todo el ámbito del proyecto.

▶2009: Las cofradías alertan del impacto y de posibles pérdidas. En el segundo período de consultas, las cofradías advirtieron de que la cofradía de Miño exigió medidas correctoras y un programa de vigilancia ambiental. La de Sada alertaba de que el proyecto se realizaba en una zona de desove de jibia y de otras especies, por lo que reclamaban una compensación económica. Alertaba además de que el dragado del Pedrido podía liberar elementos contaminantes y de que el aumento de la playa de Sada invadía una concesión marisquera.

▶2010: Modificación del proyecto y publicación del estudio de impacto ambiental. A la vista de las advertencias de la Xunta, Costas modifica el proyecto, elimina los dragados en la zona del puente de O Pedrido para evitar la dispersión de contaminantes y retira la actuación en la playa de O Pedrido y establece un perímetro de protección para no dañar una zona de zostera en Gandarío. El proyecto incluye una partida de 60.0000 euros para resembrar los bivalvos en las zonas autorizadas a las cofradías y otra de 40.000 euros para el control y seguimiento arqueológico. El plan aprobado fijaba la extracción de 866.192 metros cúbicos de arena al norte de la playa de Veigue.

▶2011: Aprobado el pliego de contratación con un presupuesto de 6,1 millones. La Secretaría de Estado de Cambio Climático aprobaba en febrero de 2011 el pliego de contratación, con un presupuesto base de adjudicación de 6,1 millones. No obstante, el Ministerio no había reservado ninguna partida en el presupuesto de ese ejercicio para acometer la actuación y mantenía que "llegado el momento podría destinarse alguna partida de capítulos generales para su ejecución", argumentaba.

▶2012: El Gobierno no incluye partidas en el presupuesto de 2013 para la obra. Con el cambio de gobierno la obra permaneció paralizada durante años.

▶2015: A concurso la regeneración de la playa de Sada por 2,4 millones en vísperas de las elecciones. El Ministerio de Medio Ambiente publicó en el Boletín Oficial del Estado la licitación de la primera fase del proyecto un día antes de las elecciones municipales. El Estado priorizó finalmente la playa de Sada, alegando que en Miño ya se había realizado un aporte de arena.

▶Protestas de cofradías y ecologistas. El punto escogido para la extracción de arena puso en pie de guerra a las cofradías de Lorbé por la extracción de 261.756 metros cúbicos de arena a zona frente a las bateas. Los ecologistas alegaron también contra el proyecto, criticaron que basase la selección del punto en simples "inspecciones visuales" y alertaron de la existencia de una pradera marina que no figuraba en la declaración ambiental.

▶Costas desiste de la contratación en abril de 2017 y convoca un nuevo concurso que anula en marzo de 2018. Costas anuló el primer proceso por mantenerlo paralizado durante más de un año y el segundo por la presencia de zostera, cuya presencia ya había sido advertida por los ecologistas en 2015.

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