Los conductores que circulan por la avenida Finisterre, en Arteixo, sufren habitualmente retenciones cuando se acercan a la altura del campo de la fiesta, ya que los semáforos apenas permiten que el tráfico circule fluido. El Concello pretendía eliminarlos, pero la Xunta, titular del vial, rechazó en 2016 su propuesta de construir una rotonda. El Gobierno local reconoce ahora que ha dejado de analizar alternativas para suprimir los semáforos tras recibir la negativa a la obra de la glorieta. Los atascos en este punto en las horas punta pueden alcanzar fácilmente la rotonda de Pescanova. A esto se le unen los semáforos del cruce de la avenida de Caión, con lo que este tramo es uno de los puntos negros para el tráfico de Arteixo.

El Gobierno municipal señala que el proyecto para eliminar los semáforos está "parado" y que en estos momentos se centra en la ejecución del cambio de sentido de las calles Reconquista y Guerra de la Independencia. El Concello pretende con esta última actuación, que recibió el visto bueno de los vecinos, mejorar la fluidez del tráfico en este tramo de la avenida Finisterre.

El Concello renunció en el año 2016 a la construcción de una rotonda en la intersección que está situada a la altura del restaurante El Gallo de Oro. En este punto desembocan las calles Médico Carballo Astray y Médico Amenedo Casabella. El Ejecutivo municipal explicó en 2016 que mantuvo una reunión con la Xunta, que rechazó la propuesta porque los coches "harían rectos" y los tráficos quedarían "descompensados".

La intención del Concello, que estaba dispuesto a financiar íntegramente las obras con fondos propios, era la de construir una glorieta en este punto para poder facilitar todos los giros posibles para los vehículos que se incorporan a la avenida Finisterre desde el campo de la fiesta, que es donde muchos conductores aparcan para llevar a sus hijos a los centros escolares. Actualmente no pueden girar en sentido A Coruña. El Ayuntamiento reservó una partida de 61.000 euros en el presupuesto de 2016 para ejecutar esta obra. Finalmente el proyecto quedó descartado por el rechazo expresado por la Xunta.

El alcalde, Carlos Calvelo, aseguró que el Concello debía asumir la construcción de la rotonda pese a que el vial es de la Xunta porque es un "tramo urbano" y que debe ser el Concello el que ejecute los trabajos. "Consideramos que la Xunta no tiene que hacerlo", indicó.