Tratar a las plantas invasoras como especies autóctonas, lejos de frenar su expansión, les ayuda. Y eso parte de "un problema de gestión puro y duro". Esta es la tesis del especialista en plantas exóticas invasoras Dominique Roux, que hoy impartirá una charla dentro de la jornada de sobre prevención y control de estas especies organizada por la reserva de la biosfera en el Aula de Natureza de O Burgo, que comenzará a las 10.00 horas.

- ¿Cuál es la situación con las plantas invasoras en la comarca?

-Tenemos un problema de gestión de las plantas invasoras más que las de propias plantas. Son plantas que tienen un comportamiento invasor, pero si no se trata como tal, si se trata como vegetación tradicional, autóctona, tiene una reacción como la que tenemos actualmente, se dispersa por todos los sitios, muchas veces por los medios que utilizamos.

- ¿Qué medios las dispersan?

-Prácticas agrícolas que no son específicas para ese tipo de planta. Por ejemplo, si usted tritura con un tractor o con sus aperos plantas o plumachos que llevan por dentro miles de semillas, es normal que al triturarlo, si usted lo incorpora en el terreno con los restos vegetales, vuelva a resurgir. Al fin y al cabo, lo estamos sembrando. Y esto es lo que pasa, más que en sí la dispersión del viento, como siempre se oía hablar, o las autopistas o la vegetación de jardines. Es un problema de gestión puro y duro.

- ¿Qué se puede hacer?

-Tenemos que aprender a no tratar las plantas invasoras como si fuesen autóctonas. Están demasiados preparadas porque vienen de entornos mucho más hostiles que los que tenemos en Galicia. O cambiamos las prácticas de gestión o lo que vamos a conseguir es ayudarlas a propagarse.

- ¿Cómo erradicarlas?

-Debemos centrarnos en la idea de que tiene que ser una lucha individualizada, según su forma de propagación: si es por semilla, por sistema vegetativo -que puede ser por tallo o raíces- etc., hay que determinar. Tiene que ser una lucha personalizada e individualizada. Y si tiene que ser manual, tendrá que ser manual. No podemos homogeneizar una lucha triturando vegetación porque le ayudamos a propagarse. Estamos poniendo en peligro entornos que la Unesco, que nombra las reservas de la biosfera, ha declarado zonas protegidas y, sobre todo, a proteger. Hay que empezar por controlar las especies invasoras pero con técnicas adaptadas a lo extraordinarias que son estas plantas, por su tamaño, proliferación, nivel de semillas y forma de reaccionar cuando tiene una mala gestión.

- Hará falta mucha formación.

-La formación es indispensable porque tenemos que conocer la biología de estas plantas. No es complicada la biología. Simplemente, si una planta se reproduce por fragmento vegetativo, no podemos triturarla en mil pedazos para que haya mil pedazos que darán lugar a plantas. Si dispersa millones de semillas porque es su manera de sobrevivir en su entorno de origen, hostil, aquí tiene la misma proliferación y si la trituramos y la mezclamos, tenemos un problema. Y lo tenemos en lugares donde intervenimos de forma masiva con herramientas inadaptadas y técnicas no acordes a ese tipo de plantas.

- ¿Hay que cambiar la estrategia desde las Administraciones?

-El ciudadano dentro de poco va atener un soporte muy importante. La comunidad europea emitió en 2014 un reglamento y hay que hacer prevención, detección temprana y erradicación inmediata, gestión en general en esas tres fases.

¿No se está haciendo bien?

-Yo no puedo criticar. Tenemos que entrar en la dinámica constructiva. Tenemos herramientas para poder trabajar, leyes; hay que cumplirlas. Nos falta la formación. Va a ser un gran apoyo las primeras aplicaciones para móviles que va a promocionar la Comunidad Europea para dar opinión sobre el estado de nuestro medio rural. Habrá contacto y participación para que sea fácil diagnosticar para el ciudadano. Esto nos va a ayudar, pero tenemos que estar bien conscientes. No todo el mundo conoce las plantas invasoras. Tenemos que obligarnos a crear una estructura formativa para comunicar al ciudadano y a todos los actores los que trabajen en el sector verde y también de obras.

- ¿De obras?

-Porque el movimiento de tierra supone desplazar invasoras y también el hecho de desnudar el suelo y no reponer una cobertura vegetal es ofrecer un terreno propicio a unas plantas adventicias (las primeras en salir) y sobre todo equipadas para colonizar. No podemos dejar ese terreno libre, el suelo desnudo. Eso es lo básico en frenar la propagación. Tenemos que normalizar las acciones y luchar contra unas especies que no tienen nacionalidad e ir a lo más alto en la legislación.

- ¿Consejos básicos?

-Asesorarse. Si usted va por el campo y ve plantas que no tienen estructura, formas o colores de lo que tradicionalmente ve, asesorarse y no intentar intervenir en desconocimiento de causa. Lo más importante es saber con quién estamos luchando. Porque tiene unos mecanismos de supervivencia dada por su entorno de origen que en nuestro medio puede producir desastres.

- ¿Cuál es la afección en la comarca coruñesa?

-Lo que tenemos es lo que se llama plantas mediáticas, como el plumacho o cortaderia. La primera reacción consiste en intentar destruirlos para que no sean visibles, destruir la visibilidad, no destruir la planta. Pero tenemos problemas a veces mayores que no conocemos.

- ¿Cuáles?

-Una de las plantas que es más problemática, más que el plumacho, a pesar de no ser mediática, es la reynutria japónica, llamada bambú japonés o fallopia japónica. Es que es muy muy complicada de erradicar. Tiene zonas invadidas en muchos sitios de Europa donde la única solución de erradicación realmente eficaz consiste en extraer todo el suelo que contiene el rizoma, la base, ramas subterráneas, ya que es tan eficaz que un rizoma del tamaño de una uña puede generar una nueva planta. Y la hay por aquí. Tenemos la suerte de que está en pequeños núcleos aún.

- ¿Dónde?

-En Oleiros, Sada, Cambre, Culleredo? En 5 o 10 años pasa de un asentamiento a 25 o 30. Solo por multiplicación por mala gestión. Tenemos que abrir los ojos y saber si lo que queremos dejar a nuestros descendientes es un país semi exótico. Y la pregunta es: ¿Nos gustaría que el caldo gallego se haga a base de hojas de plumacho?