Los conductores que circulan habitualmente por la carretera que enlaza A Coruña con Arteixo (por A Maceira) tienen que pasar al lado del núcleo urbano de O Quinto Pino. El origen de la llamativa denominación de esta localidad, ubicada en la parroquia de Pastoriza, se remonta a un antiguo bar de alterne, cuyo nombre era Quinto Pino. Los vecinos empezaron a denominar al entorno con el nombre de este club, que estaba en el mismo edificio que hoy ocupa Remar.

A finales de los años 60, en la zona que hoy forma este núcleo urbano solo existía este establecimiento y la parada del autobús, según relata la técnica municipal del departamento de Turismo, María Rozamontes. Los edificios de viviendas se construyeron varios años después. Rozamontes relata que los usuarios del autobús empezaron a hablar "de la parada del Quinto Pino", ya que junto al apeadero estaba el bar de alterne. No había ninguna otra edificación cercana. Con el paso del tiempo, este nombre para la zona estaba totalmente extendido entre los vecinos.

El club de alterne cerró (el edificio hoy en día lo ocupa el centro de Remar), pero su nombre perduró en el imaginario colectivo de los vecinos de Arteixo. El lugar pasó a ser conocido como Quinto Pino. Años después, el Ayuntamiento recogió que la denominación oficial de este núcleo es O Quinto Pino.

La técnica municipal del departamento de Turismo, María Rozamontes, explica que el "nombre tradicional" de este lugar es A Revolta das Pedras, que es una zona con una orografía muy compleja. "Es un microtopónimo que no era conocido", asegura. Rozamontes elaboró en el año 2001 un documento en el que recoge todos los topónimos del municipio. En ese año la Xunta le dio luz verde. En el documento también aparece O Quinto Pino.

Esta localidad de la parroquia de Pastoriza adquirió cierto protagonismo cuando el Ministerio de Fomento ejecutó la construcción del acceso por carretera al puerto exterior de Langosteira, ya que los vecinos sufrieron las molestias durante bastante tiempo. Las obras obligaron a desviar la carretera, que pasaba por delante de las casas. Al acabar los trabajos, el vial pasó a estar ubicado al otro lado de la autopista de peaje que enlaza A Coruña con Carballo, con lo que los coches dejaron de circular a diario al lado de los edificios. Los vecinos además dispusieron las plazas de aparcamiento.