El Consorcio As Mariñas licitó el pasado mes de enero el contrato de recogida y tratamiento del aceite usado de cocina de todo su territorio pero lo declaró desierto porque la única oferta que se presentó, la de la cooperativa Mulleres Colleiteiras, carecía de los certificados ISO 9001 y 14001, que era uno de los requisitos exigidos en la solvencia técnica del pliego de cláusulas. El organismo supramunicipal volvió a sacar a contratación este servicio el pasado mes de marzo y ahora ya no exige el requisito de contar con estos certificados. Juan Aradas, de Arquitectura sin Fronteras y uno de los promotores de este proyecto social de inserción laboral de mujeres en riesgo de exclusión que es Mulleres Colleiteiras, considera extraño este cambio porque él avisó de que "estos certificados no eran necesarios para lo que es solo recogida y valorización del aceite".

"Cuando publicaron las bases les dijimos que estos certificados no eran necesarios para este servicio pero a pesar de decírselo siguieron adelante. Nosotros nos presentamos igual y el contrato lo declararon desierto porque no teníamos los certificados. Ahora sacan otro y ya no los piden. Si antes no eran necesarios ahora tampoco. A este segundo contrato nos presentamos nosotros de nuevo y la empresa que ha llevado el servicio hasta ahora, Procesadora Gallega, que tampoco tiene los certificados ISO. Y estamos pendientes de valoración de las ofertas desde el pasado 24 de abril", explicó Juan Aradas, quien recordó que ni en A Coruña donde gestionan los aceites, ni en Arteixo donde acaban de ganar el contrato, les pidieron dichos certificados "que son una exageración".

El Consorcio As Mariñas afirma que ahora se ha eliminado este requisito para conseguir que más empresas opten a este contrato y que no quede desierto. "No hubo ninguna empresa con los certificados ISO, la que llevaba el servicio hasta ahora no lo tenía, y por eso en este segundo intento se ha eliminado", explicó ayer un portavoz del ente comarcal.

"No solo hay que tener en cuenta las promesas de las empresas, porque luego dicen que lavan los contenedores tantas veces, y son muchas menos, por ejemplo. Hay que ver la experiencia y también el proyecto social que hay detrás. Por ejemplo en el contrato de recogida de ropa se lo dan a una empresa de Valencia en lugar de a Insertega, que hace un trabajo increíble, con tanta gente que tiene en riesgo de exclusión, que colabora con tantas entidades...", lamentó Aradas.