José Manuel Pazos Casal nació en Marín hace 44 años. Tras 27 años embarcado conoce todos los mares y océanos. O Chinchín, así le conocen, regresó hace sólo unos días de vacaciones a su casa de A Lama, a un paisaje completamente diferente a las calurosas costas de Somalia en donde dice que aún estaría ahora si el atunero vasco Artza no llevase a bordo seguridad privada compuesta por ex militares británicos. El 31 de octubre el buque saltó a las portadas de los periódicos cuando, en plena crisis del Alakrana, los piratas somalíes intentaron abordarlo. Cuando partieron de las Seychelles para esa marea se encontraron con sus compañeros del Alakrana de regreso a puerto. Todavía no lo habían secuestrado pero ya habían evitado un ataque. El patrón del Artza le dijo a O Chinchín: "No sé si el Alakrana vio piratas, pero nosotros seguro que los conocemos" y no se equivocó. Mientras enseña orgulloso la maqueta del Artza que construye, relata la experiencia.

-Al contrario que el Alakrana su barco llevaba seguridad privada a bordo.

-Sí, aunque el Artza es vasco tiene bandera de Seychelles y podíamos llevar ya seguridad privada. Cuando embarcaron nos dijeron que no nos preocupáramos, que a menos de 1.000 metros del barco no se arrimaba ni Dios. Son ex militares británicos, ex combatientes de Afganistán y Líbano.

-¿Cómo descubren que están siendo atacados?

-Íbamos navegando. Un marinero senegalés miró hacia atrás con los prismáticos y dijo que había un bote blanco de poliéster y todo el mundo se alarmó y llamaron a los ex militares. Ellos estuvieron un buen rato mirando por los prismáticos y luego nos dijeron que, efectivamente, venían a por nosotros. En principio el senegalés dijo dos planeadoras pero eran tres. Activamos el timbre de alarma y toda la tripulación, a excepción del patrón de pesca y el capitán, bajamos a la sala de máquinas y atrancamos las puertas estancas con cadenas. El oficial lleva un UHF para comunicarnos con ellos y allí tenemos agua y comida para resistir ante lo que pueda pasar. Los cuatro militares quedaron fuera con el armamento y con los patrones ya que son necesarios para manejar el barco y escapar de ellos.

-¿Cómo lograron huir?

-Durante el ataque estuve en la sala de máquinas encerrado con los demás, por lo que puedo contar lo que los ingleses me dijeron luego. Durante 45 minutos estuvimos escapando. Los avistaron a 7 millas pero al final nos comieron terreno y tuvimos que plantarles cara porque estaban a menos de mil metros y se nos echaban encima. Los vigilantes le pidieron al patrón que girase el barco porque no había tiro y abrieron fuego. Cuando salí, la cubierta estaba llena de casquillos por lo que disparar sí que dispararon. Cuando los piratas oyeron las balas escaparon.

-Si no llegan a disponer de seguridad privada...

-Si no llegan a estar estos tíos en el barco aún estaríamos ahora en Somalia. Había "calma podre", no había forma de escapar de ellos.

-¿Cree que esto los salvó?

-Con ellos a bordo estamos tranquilos. Lo que sucede es que esto es pan para hoy y hambre para mañana.

-¿Por qué?

-Porque cobran una pasta que hay que pagar todo el año. Además, cuando los piratas descubran que los barcos españoles van armados nos darán una "tregua", luego esperarán unos meses, se retirarán los militares y volverán los ataques.

-¿Cuál es la solución?

-La presencia militar en los propios barcos. Ahí los franceses van por delante. Antes de que los españoles pudieran meter seguridad privada en los barcos ellos ya contaban con infantería de marina a bordo. Cuatro hombres. En vez de tener a los soldados en Figueirido desfilando ¿por qué no meten cuatro militares en cada barco? Sólo son 20 barcos con bandera española, eso supondría 80 soldados. Los costes serían menores que mantener a los dos buques de guerra que están en el Índico. Cuando alguien está atacando un barco de pabellón español, está atacando territorio español. ¿Por qué por una piedra como Perejil se movilizaron a los GEOS y por un barco español no se hace nada? Tampoco entiendo que ahora el Gobierno subvencione parte de la seguridad privada en los barcos. Es un gasto público, un impuesto a mayores, es incomprensible pudiendo mandar soldados que se les paga por estar aquí sin hacer nada.

-Mucha gente se pregunta ¿por qué ir a pescar a una zona tan peligrosa?

-Porque es donde está el atún entre septiembre y noviembre. Son caladeros de mar abierto, con la profundidad suficiente para echar las redes de un atunero, que tienen 260 metros de calado.

-Cuando tenga que volver, ¿irá con miedo?

-Mientras tengamos seguridad privada, no. Ahora no.