El ataque de ayer al Alakrana cogió a algunos de sus tripulantes habituales en tierra, bien de vacaciones o bien por otras circunstancias. Es el caso del marinero cangués Secundino Dacosta, que formaba parte de la tripulación de este mismo barco que fue secuestrada hace ahora dos años. Dacosta se enteró de lo sucedido por su hermano, que también es marinero del Alakrana y que se encuentra en casa desde hace unos días. Secundino no quiso realizar declaraciones puesto que está de baja y aseguró que no desea revivir lo que sucedió en octubre de 2009. No obstante, insistió en que "mientras no se actúe sobre la raíz del problema y no se les corte el flujo desde tierra estos ataques van a continuar repitiéndose".

La misma opinión comparten otros marineros en tierra del atunero, que recuerdan que actos como los de ayer resultaban previsibles a estas alturas del año. La época de los monzones llega a su fin y durante los próximos meses, hasta marzo, las aguas del Índico estarán mucho más tranquilas. "Lo de hoy -por ayer- se va a repetir casi a diario, va a ser un ataque detrás de otro", vaticina desde Baiona Antonio Costas. Él es de los marineros que ahora mismo está en casa y su hermano Pablo fue uno de los secuestrados hace dos años. "Los ataques van a continuar porque en Somalia hay mucha hambre", admite Costas. Pese a todo reconoce que en el barco ahora viajan más tranquilos. "Normalmente van tres agentes privados, pero cuando empieza esta época son cuatro los que viajan a bordo del buque", explica Antonio Costas.

Desde que la seguridad privada viaja a bordo, los atuneros han logrado repeler los ataques de los piratas. No obstante, algunos temen lo que puede pasar si alguno de esos asaltos se produce cuando el barco tenga el aparejo largado.