Más de una vez he escuchado: "Hay furtivos que podrían ser legalizables". Pero ni la Consellería do Mar facilita tal legalización, ni los furtivos están por la labor de tener que pasar una especie de prueba que les va a mantener en dique seco durante un mínimo de seis meses.

Y medio año sin llevar nada a casa es demasiado tiempo como para pensar que el mariscador furtivo no va a tirar por la borda los formulismos y no ponga remedio a la sequía de su chabola y la del grupo humano que le rodea.

Si lo identifican y se incauta la policía o Gardacostas de sus útiles para la comisión de una falta administrativa que va camino de ser considerada delito, difícil lo van a tener Sus Señorías para lograr que paguen las sanciones económicas previstas.

El caso es que, a juicio de los mariscadores legales, más vale a la Xunta tratar de reconocer como mariscadores profesionales a muchos de los furtivos, teniendo en cuenta que estos serán los mejores vigilantes y que, además, las bajas que se han producido en el censo de mariscadores permitirían esa especie de recluta de furtivos para formar el corpus de legales.

El problema está en que la Consellería quiere dirigir los parques de cultivo sin la participación de las cofradías y de los mariscadores. Y como no lo logra, me dicen los mariscadores, opta por el mano sobre mano y el mantenerse a la espera con recomendaciones que no por reiterativas son menos "atorrantes", que diría Luis, un viejo lobo portuario ya fallecido, como es la invitación al no consumo de lo que se vende procedente del furtivismo.

Lo curioso es que la Consellería sabe dónde se venden esos artículos extraídos de la mar y se limita a recomendar que se abandone el consumo de almeja furtiva en lugar de acceder al restaurante, en donde tales moluscos se venden sin más santo y seña que el "ven por la puerta de atrás, que por delante nos pueden vigilar". Esto no basta para que la Xunta sepa sobradamente quién vende y quién compra la producción de una noche o un día pleno de furtivismo. Del por qué este furtivismo se mantiene solo en Medio Rural e do Mar lo saben. Por lo menos debieran saberlo.