El director general para Europa de la conservera coruñesa Calvo, Enrique Orge, considera que en el mercado español de conservas de atún existe un "problema" de "guerra de precios" entre los fabricantes - los que producen para "marca blanca"- que no beneficia al consumidor.

En una entrevista concedida a Efeagro, Orge expone que las ventas en España se mantienen mejor que las de otros bienes, pese a la crisis, aunque advierte un ligero retroceso en el consumo y una caída de los márgenes de beneficio. Hace 20 meses, sostiene, que hay un aumento de precios, cuando el coste de la materia prima ha subido un 40% en el caso del atún, cuya cotización viene marcada por el mercado internacional. Orge lamenta que los fabricantes de marcas blancas han querido mantener los precios, desencadenando "una guerra", en la que ya están algunas empresas que antes tenían marca propia y ahora venden para los supermercados.

"Nadie hace magia", alerta el directivo, quien deja claro que el abaratamiento se hace a costa de añadir más aceite o menos atún a las latas, lo que "no beneficia al consumidor", ya que paga lo mismo por un alimento de menos calidad. "Hay que asumir que el pescado es caro y hay que pagarlo porque esta industria se ha autoimpuesto el control de la biomasa o el mantenimiento de la especie", argumenta.

A diferencia de lo que demanda la patronal de la conserva, el director general para Europa de Calvo cree que incrementar las cuotas de importación de materia prima "no es la solución". Calvo se autoabastece de esa materia prima, porque tiene también barcos y obtiene un 77% de sus ingresos por sus ventas fuera de España, especialmente en Italia y Brasil.

Orge reconoce la dificultad que entrañan los acuerdos de la Unión Europea, que ofrece ventajas comerciales a otros países, pero también cree que la puja en el mercado español es interna: "Debemos abrir los ojos, buscamos enemigos fuera cuando los competidores están en casa, en Galicia, donde los fabricantes tiran para abajo en precio y en calidad", sostiene.

El directivo censura el acuerdo europeo con Papúa-Nueva Guinea, pero, aunque a España "no han llegado aún latas de Papúa Nueva Guinea" y la capacidad de los fabricantes españoles, la mayoría gallegos, es muy alta.