-¿Cuáles son las causas de este gran descenso en el número de buques que faenan en Gran Sol y operan desde A Coruña?

-La causa es que la gente se cansa. Estamos en una angustia continua y las cuotas no llegan a nada. Cada vez hay más pescado y nos impiden capturarlo. La mayoría de los barcos que dejaron el sector es porque les aceptaron las primas al desguace. A un buque de estos le corresponde un millón de euros o más por paralización definitiva de la actividad y los armadores se cansan porque todo son trabas y pegas.

-¿Cree que seguirá esta tendencia en el futuro?

-Posiblemente este año haya más armadores que se apunten al desguace, aunque eso no significa que se los aprueben. Los precios del pescado ahora son buenos y la actividad es rentable, por lo que es una pena que por esta política de Bruselas vaya desapareciendo flota. El armador recibe una cantidad importante con las ayudas pero lo peor es la gente que se va a la calle.

-Las limitaciones a la pesca que plantean Irlanda y Reino Unido, supongo que aún afectarán más a la flota...

-El fallo en la propuesta de estos dos países, para no afectar a los fondos con corales, es que incluye al palangre en esas limitaciones, que no incide en el suelo marino como el arrastre. Esto huele a que pretenden eliminar la presencia de la flota española en esas aguas, que se creen que son de ellos. Quieren estar en la UE para lo que les interesa. El trasfondo es ese. Todo esto hace que los empresarios desistan de seguir en la actividad.

-¿Defiende España correctamente los intereses de la pesca o prevalece lo que quiere Europa?

-España, para ingresar en la UE, sacrificó el sector pesquero, algo que ya reconoce incluso alguno de los que participaron en la negociación. No se le dio importancia a la pesca pese a que en Galicia tiene mucha relevancia. Todo aquello que decían de que íbamos a esquilmar los caladeros se demostró con los años que no era cierto. Las especies que pescamos nosotros son las que están en mejor estado. En la pesca, España entregó las armas al firmar el tratado de adhesión.

-¿Estamos solos cuando vamos a la UE?

-Como dijo hace poco el secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, en Europa no valen los argumentos, lo que se necesitan son votos. Por muy poderosos que sean tus planteamientos, si no hay otros países que apoyen tu propuesta, no hay nada que hacer.

-La clave para la supervivencia de la flota de Gran Sol, ¿está en que España tenga más cuota de especies que otros países dejan sobrante?

-En este asunto yo creo que hay una campaña para dar la idea de que el sector realiza sobrepesca. Se habla de sobrepesca cuando un país supera la cuota asignada para una especie pero, si los otros países no son capaces de pescar lo que se les asignó y el total de capturas establecido no se alcanza, aunque un estado rebase su cuota, es una infracción desde el punto de vista reglamentario pero desde el punto de vista de la conservación de las especies no afecta. Hacen pensar que hay sobrepesca y han influenciado al Parlamento Europeo y a mucha gente. No digo que no haya caladeros y especies que estén mal, pero hay que decir cuáles. Los informes científicos nos dan la razón en Gran Sol, donde los caladeros están bien. Pero están basados en datos de 2010, y se regula con ellos en 2013. Desde entonces aún han mejorado más.