Éramos pocos y la abuelita tuvo un antojo: por si fuese poco tener que hacer frente a una multa por sobrepesca de caballa que significa tener que renunciar, obligatoriamente, a casi 10.000 toneladas de esa especie en cada uno de los años 2013, 2014 y 2015, la Comisión Europea acaba de notificar al Gobierno español que se va a proceder a una nueva sanción al Reino de España por la sobrepesca, también de caballa, de 79.728 toneladas en 2009, año en el que la flota española realizó unas capturas totales de 105.253 toneladas, cuando para España la cuota era de 25.525 toneladas.

Esas más de 79.000 toneladas, según la CE, podrían incrementarse por la aplicación de factores de penalización adicionales, tanto por el volumen de sobrepesca en relación a la cuota inicial, como por la reincidencia (hay que recordar que España paga actualmente una multa por sobrepesca de la cuota de caballa en 2010).

¿Qué va a pescar, entonces, la flota arrastrera, la cerquera y otras de Galicia en los próximos años?

Si con la cuota actual cada barco no podrá pescar más allá de una semana, ¿qué se puede esperar para el sector -culpable, indudablemente, de una sobrepesca consentida por el Gobierno de turno- en los próximos años y a partir -si no se encuentra otra salida- de 2014?

La caballa abunda en aguas del caladero nacional Cantábrico Noroeste, pero su captura no está asegurada, ni mucho menos, para la flota española.

Los armadores tendrán que seguir la estela de otros que se han ido a comprar barcos a Portugal o a Francia para poder seguir faenando en aguas españolas, mientras las embarcaciones nacionales se mantengan amarradas o dedicadas a otras pesquerías. Las plusvalías de sus capturas no quedarán en España. Portugal y Francia las recibirán con satisfacción. Pero para el sector pesquero español, más concretamente para el gallego, será un paso más en el camino de su defunción.