La flota española y gallega no da por agotadas las vías para hacer llegar al Parlamento Europeo, y en concreto a su Comisión de Pesca, su oposición radical a la propuesta de Bruselas de prohibir en dos años la pesca de arrastre y enmalle de profundidad, que comprometería la actividad de la mayor parte de la flota española -en su mayoría gallega- que faena en aguas comunitarias y usa estas artes.

Los armadores enviaron por ello una carta a la Comisión de Pesca de la Eurocámara en la que solicitan una nueva audición sobre la propuesta de veto a esta modalidad de pesca por entender que en la celebrada hace un mes -el 19 de febrero- no se les permitió explicar sus razones por el formato de sesión establecido por el ponente, el griego Arsenis. Recuerdan que aquella sesión fue "desequilibrada en favor de los ecologistas y no se dio un trato justo al sector". Así lo explicó ayer a este diario el secretario general de la patronal pesquera española Cepesca y de la comunitaria Europeche, Javier Garat, que en la audición de febrero no pudo intervenir.

Garat avanzó ayer que ahora el sector confía en que se acepte su exigencia de una nueva audición en la que se permita al sector expresar todas sus razones para oponerse a la prohibición que comprometería la actividad en aguas comunitarias e incluso podría afectar a otros caladeros como NAFO, donde la UE estaría obligada "por coherencia" a plantear las mismas medidas. Además, desean dejar clara su postura favorable a proteger los ecosistemas vulnerables pero "mediante una mejor gestión de la actividad y basada en informes científicos".

Para la flota, la propuesta de prohibición es "insólita y política", ya que "sería la primera vez que se prohíbe un arte de pesca sin argumentos científicos". "España se gastó una fortuna en mapear fondos marinos en todo el Atlántico para conocer la huella de la pesca y esa inversión no valdrá para nada", denuncian los armadores gallegos.