España cedió ayer a Portugal el mando de la fuerza naval europea de la misión Atalanta contra la piratería en el Índico que ha ejercido en los últimos cuatro meses, en los que no se produjo ningún secuestro, se abortaron nueve ataques y fueron detenidos 29 piratas. La cubierta de la fragata de combate española Méndez Núñez, atracada en el puerto de Yibuti, fue ayer el escenario del acto de traspaso del mando, en el que el contraalmirante español Pedro García de Paredes cedió el testigo a su colega portugués, Jorge Novo, al frente del buque Alvares Cabral.

Desde el pasado diciembre la Méndez Núñez ha estado ejerciendo como buque de mando de fuerza naval de la operación Atalanta, que cuenta con unos siete buques europeos distribuidos frente a las costas de Somalia y el golfo de Aden.

Durante este tiempo, los actos de piratería descendieron de forma importante, ya que cuando llegaron los militares españoles, el pasado diciembre, estaban secuestrados cinco barcos, con 136 personas, y hoy tan solo son dos, con unas 60 personas, según destacó el contraalmirante español.

El alto cargo detalló que de los 29 piratas arrestados, 21 fueron entregados a la Justicia en Seychelles y Mauricio, y otros 8 fueron liberados en las costas somalíes al no reunirse las pruebas suficientes para inculparles. Los dos barcos en manos de piratas tienen banderas de conveniencia y su liberación es complicada, porque no tienen el respaldo de ningún Estado ni naviera internacional. García de Paredes defendió el mantenimiento de la misión y la presión tanto en mar como en tierra y auguró un aumento de la piratería en los próximos meses por la mejora del tiempo.

Ayer además la fragata Numancia, que lleva 24 años en activo y tiene base en Rota, relevó a la Méndez Núñez.