Se conoce como criterio de estabilidad relativa y no es sino el sistema que utiliza desde 1983 la Unión Europea para repartir entre los distintos estados las cuotas pesqueras. Y este criterio es precisamente uno de los caballos de batalla de la flota española y gallega, que lo considera injusto y poco fiel a la realidad del sector, por lo que persigue su actualización. La batalla sigue y ante la reforma de la Política Pesquera Común (PPC) la flota no desiste en sus críticas a un modelo de reparto que entienden perjudicial y obsoleto, si bien las esperanzas de que la reforma atienda sus planteamientos son escasas a la vista de que ni la propuesta inicial de la CE ni los sucesivos pronunciamientos de las instancias comunitarias apuntan en esa dirección.

Pese a todo, los pesqueros gallegos agrupados en torno a la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) no cejan en su empeño de convencer a Bruselas de la necesidad de modificar ese "desfasado" criterio. Así es que en su último documento de aportaciones a la reforma de la PPC analizan las consecuencias de ese inmovilismo en las principales flotas comunitarias, tanto en lo que se refiere a número de barcos y capacidad (medida en TRB o GT) como en la balanza comercial del sector.

En las conclusiones de ese documento se señala a España como uno de los países más perjudicados por la aplicación de la estabilidad relativa, implantado en 1983 para garantizar el futuro de las regiones costeras europeas altamente dependientes de la pesca. "La realidad ha sido muy distinta", señala el informe, que precisa que "en términos de capacidad -de la flota-, España es la que ha perdido más peso relativo" en comparación con los otros principales estados pesqueros, como Francia, Reino Unido, Irlanda, Dinamarca y Holanda.

En concreto, el texto señala que si en 1985 la flota española representaba el 52% de la capacidad pesquera de la UE, en 2011 su peso era tan solo del 39%. Dinamarca es el otro estado que ha perdido más peso relativo en la capacidad, pasando del 9% al 6%, mientras que los otros cuatro países ganaron peso relativo.

Mientras, y en lo que se refiere al número de barcos, la aplicación del criterio de estabilidad relativa se ha traducido para España en una merma del 41%, junto con Dinamarca y Francia (60% y 45% respectivamente). En cambio, Irlanda aumentó su número de buques y su capacidad pesquera en estos 26 años, mientras que el Reino Unido y Holanda han tenido "reducciones moderadas".

En concreto, los efectos de la estabilidad relativa se ha demostrado, según el estudio de los armadores gallegos, como "un factor importante en la reducción de capacidad de algunas flotas", entre ellas la española, ya que al carecer o tener escasas posibilidades de pesca, no hubo otra salida más que reducción de capacidad, "vía desguace o exportación".

En estos 25 años la flota española ha soportado en algunos segmentos -como el de los bacaladeros, la flota de Gran Sol o la de NAFO- reducciones de capacidad superiores al 50%. Ello, indica el estudio de la flota gallega, "ha posibilitado un incremento del comercio de pescado que en el caso de España ha sido espectacular". Y en concreto, se indica que "el déficit comercial -saldo de importaciones/exportaciones- se ha multiplicado por 122 entre 1985 y 2010. Si a la entrada de España en la UE el país tenía "un pequeño déficit de 19 millones de euros, 25 años después ese déficit se multiplicó por 122, pasando a 2.325 millones de euros". "España ha pasado de ser la Armada Invencible a ser el gran mercado de la pesca europea", reza el texto, como consecuencia de a su entrada en la UE. Y ello porque la escasez de cuotas obliga a aumentar las importaciones para atender la demanda del mercado y limita las exportaciones.

"Es verdad que en los últimos años las exportaciones españolas de productos pesqueros han experimentado un crecimiento importante, pero aun así, el mercado español ha tenido un crecimiento tal que no se le puede comparar con ningún otro" señala el documento de los armadores gallegos de la flota de gran altura.

Ante esta situación, el sector realiza sus propuestas, que comienzan por la actualización de la estabilidad relativa de acuerdo con la evolución de las flotas y los mercados. Además, se plantea intensificar la investigación biológica y socioeconómica y promover en la UE el intercambio de cuotas mediante cesión o alquiler entre organizaciones de productores. Finalmente, demanda potenciar los acuerdos con países terceros, fomentar la internacionalización de las empresas con el apoyo a las exportaciones y las inversiones en terceros países y hacer un seguimiento de la evolución de las flotas comunitarias por pesquería, a fin de "que no terminen por desaparecer por falta de posibilidades de pesca".