El Gobierno reconoció ayer que la reforma de la Política Pesquera Comunitaria (PPC) que negocia la Unión Europea (UE), y de la que se escribió el último capítulo -hasta ahora- el pasado miércoles en Bruselas, supondrá "sacrificios" para la flota española. El Ejecutivo alertó también del "gran cambio en la pesca" con la reforma, que obligará a realizar inversiones a los barcos, aunque a largo plazo le beneficiará por la previsible mejora de los caladeros. El secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, compareció para dar cuenta del acuerdo de los ministros y, especialmente, del polémico asunto de la reducción de los descartes pesqueros que suscitó las críticas de la flota, que ve incluso amenazada su supervivencia.

Domínguez admitió también que en la reforma hay aspectos mejorables y que el Consejo de Ministros de Pesca ya ha fijado "el límite" de sus concesiones y "los sacrificios máximos" que va a pedir al sector con vistas a un compromiso. "España apuesta por la reforma, pero está al límite de lo que se puede ceder", señaló Domínguez, que apeló al Parlamento Europeo para que sea "flexible", o de lo contrario la nueva PPC "fracasará" y no se cumplirá. "El Parlamento ahora, o apuesta por la reforma y negocia una postura realista, o mantiene sus posiciones y esta reforma fracasará", afirmó con rotundidad.

El secretario general de Pesca se mostró satisfecho por la propuesta final de la Comisión Europea, que modifica levemente su posición inicial para negociar la reforma de la PPC, con el objetivo de acercarse al Parlamento Europeo y evitar el fracaso de las negociaciones, al defender la Eurocámara una postura mucho más exigente en las cuestiones medioambientales.

"España apuesta por esta reforma pesquera, pero esperábamos una postura más valiente, que atajara de raíz los problemas y llegara a las causas. Este enfoque de la CE beneficia a España y a nuestro sector pesquero. Apoyamos los esfuerzos que está realizando Irlanda, que ha reconocido que España es uno de los países que más se juega en esta política y más contribuirá a que sea un éxito", afirmó Domínguez.

El secretario general se congratuló porque no haya prosperado la propuesta de limitar los descartes por marea para cada barco, manteniendo la regla de mínimos para permitir hasta un 5% de descartes autorizados sobre el total de capturas. "El Parlamento Europeo tenía una posición muy radical, señalando inicialmente que no quería ningún descarte, pero se adoptó un plan decreciente de descartes del 7% al 5%, acogiendo una petición española", subrayó.

"El texto nuevo incluye algunas mejoras y sobre todo en el tema de los descartes. La posición de la CE no se puede flexibilizar eternamente, el Consejo ha hecho un esfuerzo para acercarse al PE y percibimos que la Eurocámara se puede acercar a esta postura", explicó.

Carlos Domínguez destacó la "flexibilidad entre las especies", que también beneficiará a la pesca española, así como la "flexibilidad interanual". "España podrá computar sus capturas de una especie de la que tenga poca cuota con la de especies que tenga más, del 10% al 9% de la especie objetivo", señaló.