La campaña de la sardina está siendo este año "muy mala" para la flota gallega. Y todo, según explica el sector, debido a la "mala gestión" del recurso en los últimos ejercicios, que hizo que en la actualidad escasee en las costas de la comunidad. La flota de cerco coruñesa teme ahora que la historia se repita, pero con otra especie: el jurel. Y es que los buques que operan en el puerto de la ciudad denuncian que en las últimas semanas están presenciando prácticas ilegales en la captura del pescado. Alertan de que hay barcos de otros puertos que descargan en la dársena coruñesa y que incumplen la medida reglamentaria de las redes. También aseguran que, en algunos casos, las descargas sobrepasan los topes de captura fijados y que el pescado se vende sin pasar por lonja, saltándose así el mecanismo fijado para la venta. Ante esto, los pescadores exigen a la Xunta que tome medidas de control, tanto en tierra como en mar, para evitar "futuros problemas" en la pesca del jurel.

Los armadores de cerco asociados a la cofradía coruñesa aseguran que el jurel "se está pescando con aparejos demasiado grandes", por lo que algunos buques de otras dársenas de la comunidad incumplen el reglamento fijado en el decreto de artes de la Xunta. "Hay un exceso muy grande de red de cerco y se están saltando las medidas estipuladas. Lo único que consiguen es esquilmar el recurso y ponerlo en peligro de cara a los próximos años, como ocurrió con la sardina", aseguran fuentes de la flota coruñesa, que indican que esta tónica se repite en otros puertos gallegos como Sada, Malpica o Camariñas.

Pero este no es el único problema que preocupa a los cinco cerqueros de la ciudad, a los que se sumarán otros "dos o tres" próximamente. Según fuentes del puerto, algunos de los barcos que descargan en A Coruña llegan a puerto con "demasiadas capturas", que sobrepasan los cupos diarios fijados para la campaña del jurel.

Y ese pescado, cuando llega a la lonja, se comercializa "de forma ilegal", según las fuentes, ya que "algunos" venden el jurel sin pasar por la lonja, al tener ya pactada la venta con un tercero. "Vemos que hay intermediarios que no son del sector, hay dinero negro de por medio", explican los armadores coruñeses, que denuncian que esta práctica repercute después en las ventas de aquellos que trabajan "con total legalidad". "Si un comprador sabe que puede comprar el jurel de forma más barata, lo comprará y afectará así al que venta el pescado con total legalidad en la lonja", explican.

Por este motivo, representantes del cerco coruñés se reunieron recientemente con las autoridades portuarias para exigir una sala específica en la lonja de la ciudad para la venta del pescado capturado por este segmento de flota. "Dijeron que lo van a estudiar, pero no hay ningún compromiso", explican los armadores, que piden que se instale un panel telemático para poder controlar "con total claridad" las subastas de jurel. "Esto ya se hace en otras lonjas de la comunidad pero aquí no, y sería una forma de controlar las ventas", afirman.

Pero los cerqueros coruñeses saben que el problema tiene su origen en el exceso de capturas. Por ello, los armadores exigen una reunión con la Xunta para ponerle las cartas sobre la mesa y pedirle que interceda en el asunto. "Necesitamos que se incrementen los controles tanto en el mar con en tierra", explican. Lo que buscan es que el servicio de Gardacostas acentúe sus inspecciones en el mar, para vigilar que los barcos de otros puertos que descargan en A Coruña cumplan con la medida reglamentaria de las redes con las que trabajan.

Y el control, según ellos, tiene que incrementarse también en el puerto. "Hay que controlar las descargas, porque hay barcos que están capturando más de los estipulado y eso pone en peligro el futuro del jurel y repercute directamente en los que operan de forma legal", denuncian fuentes del sector.

La solución es esa: "mayor control y presión". "Los excesos no son buenos y por lo tanto hay que controlarlos y evitarlos. Las normas están para cumplirlas y el que no lo haga debe ser sancionado", critican los armadores. "Esto es un primer toque de atención, pero el tema irá para largo porque no podemos dejar las cosas como están", añaden. Y es que lo temen es que la escasez del recurso llegue "en cosa de dos años", al igual que sucede en la actualidad con la sardina. "Lo de la campaña de la sardina es un escándalo. Nunca hubo tan poca, y todo por la mala gestión de los años anteriores", sentencian.

Los armadores del cerco coruñés cuentan con el respaldo de la cofradía de pescadores de la ciudad, que asegura que apoyará a los afectados "en todo momento" y que mediará con la Xunta para que ponga solución al conflicto.