La presencia de toxinas obligó ayer a cerrar la mayor parte de los polígonos de bateas de las rías gallegas, según consta en el último informe de la situación por zonas del Intecmar. El análisis de muestreos provocó el cierre en la mayoría de los polígonos de la ría de Arousa, en el de Corme y Laxe y en todos los de Muros e Noia, donde además la marea roja impidió que los mariscadores pudiesen salir a extraer molusco en la tercera jornada de la campaña. Además, sigue prohibida la extracción de mejillón de los dos polígonos de la ría de Ares y Betanzos y también de la totalidad de las zonas de cultivo de la ría de Pontevedra, desde distintas fechas. En Vigo, está paralizada la actividad en los polígonos de bateas de Cangas, uno de los de Redondela y el de Vigo A.

En total, solo seis de los 54 polígonos de bateas de las distintas rías gallegas permanecen abiertos, por presencia de biotoxinas, según el informe. Se trata de los polígonos de Redondela, de los que solo está cerrado el A, en la ría de Vigo, y los polígonos de ostra Cambados D y O Grove A, ambos de ostra, en la ría de Arousa.

La mayoría de los polígonos cerrados reflejan en toxinas lipofílicas el plan de actuación C1, que entra en vigor cuando los niveles de toxicidad en los organismos marinos superan los límites legalmente establecidos, las condiciones oceanográficas son favorables al desarrollo del fitoplancton tóxico y se registran incrementos en estas poblaciones.

La activación del plan C1 implica la suspensión de las extracciones en las zonas de producción afectadas, así como de las actividades de cultivo que pudieran darse en ellas entre la tarde y el amanecer.

Y esta situación tuvo especial repercusión ayer en la ría de Muros e Noia. En torno a 1.600 mariscadores tuvieron que dejar de extraer berberecho debido a su cierre, ayer, por la presencia de toxina en las aguas. Con todo, los afectados confían en que la reapertura no se retrase más allá de "dos o tres días", en palabras del patrón mayor de la cofradía muradana, Daniel Formoso.

Once toneladas de berberecho que este martes se entregaron a una fábrica "vinieron de vuelta", pues los responsables de la factoría detectaron en sus pruebas la presencia de toxina. Formoso explicó que la campaña de Noia se inició este lunes y transcurría "bien". "No había queja", pues la calidad y el tamaño del berberecho hacían que el precio en lonja estuviese alcanzando hasta los 12 euros en el mejor de los casos.

La ría ya había sufrido otros dos cierres durante el último mes, pero este se produce precisamente cuando los profesionales esperaban "lo gordo" en cuanto a recogida de berberecho, que coincide con las primeras semanas del mes de octubre, principalmente. Más adelante aumenta el peso de la almeja en los capachos, fina, japónica y babosa. "Es un palo", reconoce el patrón mayor del pósito de Muros.