La flota arrastrera española -en su práctica totalidad gallega- recibió ayer con satisfacción la votación realizada por la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo sobre la propuesta de Bruselas de prohibir el arrastre y el enmalle en aguas del Atlántico noroeste para proteger especies de profundidad y ecosistemas marinos vulnerables. Y es que los eurodiputados decidieron tumbar los objetivos del Ejecutivo comunitario, al votar en contra de esta medida, y abogaron por revisar la situación de estas pesquerías dentro de cuatro años. La decisión de la Comisión de la Eurocámara deberá ser ahora refrendada por el pleno del Parlamento Europeo y ser aceptada por los ministros de Pesca de la UE.

Un varapalo para la comisaria de pesca y los ecologistas y una satisfacción para la flota española y gallega. Esto es lo que supone el rechazo de los eurodiputados -con 19 votos a favor, ninguno en contra y 4 abstenciones- a la prohibición del arrastre de fondo promovida por el Ejecutivo comunitario. La mayoría de los eurodiputados abogaron ayer por no restringir -por el momento- estas capturas, de especial interés para la flota gallega, y esperar cuatro años para revisar la situación de los fondos marinos. Paralelamente, los europarlamentarios defendieron también que la CE realice un estudio de las áreas más vulnerables respecto a la conservación del ecosistema con el fin de fomentar la sostenibilidad.

El armador gallego Iván López, que encabezó la batalla contra la propuesta de Damanaki en representación de los armadores españoles en las conversaciones con los eurodiputados, se mostró satisfecho con la solución de compromiso de los grupos políticos de la Eurocámara, que considera "satisfactoria para todas las partes". "No estamos en contra de las restricciones de la pesca de arrastre en profundidad si así lo piden los criterios científicos", señaló, para matizar que, antes de eso, "es necesario obtener más datos para tomar una decisión que en cualquier caso sea informada".

El eurodiputado socialista y miembro de la comisión de Pesca del Parlamento Europeo, Antolín Sánchez Presedo, valoró también el acuerdo alcanzado contra una prohibición que, según dijo, "habría puesto en peligro 2.500 puestos de trabajo y la actividad de 300 barcos gallegos, con pérdidas de 800 millones anuales".

Y frente a la alegría del sector y de los eurodiputados está la decepción de los ecologistas. "La Comisión de Pesca del Parlamento ha caído bajo los cantos de sirena de la flota pesquera más destructiva de la UE", criticaba ayer en un comunicado la responsable de Pesca de Greenpeace, Saskia Richartz, quien indicó que entre 1996 y 2010 más de 140 millones de euros procedentes de las arcas europeas fueron a parar a la flota española de arrastre de profundidad, un arte que aporta "en torno a un 1%" de las capturas en Europa.

La decisión de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo debe todavía ser refrendada por el pleno de la Eurocámara y ser aceptada por el Consejo de Ministros de Pesca de los Veintiocho.