El pleno de la Eurocámara aprobó ayer la reforma de la Política Pesquera Común (PPC). Con la nueva política "se aborda finalmente el problema de la sobrepesca, que deberá desaparecer a partir de 2015 para que las poblaciones de peces comiencen a recuperarse", según interpretó el Parlamento. La nueva política pesquera prohibirá gradualmente los descartes (capturas accidentales) desde 2015, obligará a los Estados a adaptar la flota a los recursos y tendrá en cuenta las particularidades de las regiones ultraperiféricas (regionalización).

La nueva Política Pesquera Común entrará en vigor en 2014 y sustituirá a la actual, que data del año 2002. El objetivo del Parlamento "ha sido facilitar el incremento de las poblaciones de peces incluso por encima de un nivel sostenible", aspecto controvertido teniendo en cuenta que se desconoce el estado de gran parte de las especies. Según la Comisión Europea, el 80% de las poblaciones mediterráneas y el 47% de las del Atlántico están sobreexplotadas. El texto obliga a los Estados miembros a fijar cuotas de pesca sostenibles a partir de 2015. Solo en casos excepcionales se podrá aplazar esta obligación hasta 2020, "a más tardar", una prórroga que se alcanzó gracias a la presión del sector y de algunos grupos políticos, además de la propia Comisión de Pesca (que preside Gabriel Mato, del PP).

La nueva PPC obligará a los barcos a descargar al menos el 93% de las capturas en 2015 y 2016, el 94% en 2017 y 2018 y el 95% a partir de 2019. En definitiva, solo se podrá arrojar al mar entre el 7 y el 5% de las capturas accesorias, lo cual pondrá en dificultades severas a la flota española, que tiene el 24% de la capacidad pesquera y apenas puede faenar 7 de cada cien toneladas en aguas comunitarias. Por tanto, al tener tan pocas posibilidades de pesca, el sector alerta de que sus cuotas se agotarán muy pronto.

La reforma reconoce la importancia de promover la creación de empleo directo e indirecto en las regiones costeras y mantiene las normas vigentes que restringen el acceso a los recursos marinos situados dentro de las 12 millas. El objetivo de esta medida es "preservar la pesca artesanal".

La Eurocámara aprobó ayer el nuevo protocolo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos, lo que permitirá el regreso al caladero marroquí de 126 barcos, en su mayoría españoles, después de dos años sin haber podido faenar en esas aguas.

La Xunta consideró ayer positivo el acuerdo, pues con él se abren "posibilidades" de pesca para los buques gallegos. En concreto se beneficiarían de esta medida once pesqueros de palangre de fondo y cinco de arrastre, principalmente para la captura de merluza.

Pese a ello, el secretario xeral de CIG- Mar, Xabier Aboi, no era ayer tan optimista. "A día de hoy es muy complicado que pueda ir algún barco a trabajar allí. O se modifica la letra pequeña del acuerdo (mallas, descarga, tripulantes? todo) o no va a poder ir ningún barco porque tal y como está el acuerdo no es viable", señaló, para añadir: "La pesca que hay non la dejan pescar y la que dejan pescar hay muy poca, o es una pesca que no es rentable para los barcos. Las condiciones que imponen hacen inviable la actividad, porque es muy poca la profundidad, hay que meter tripulantes? imposibilitan la viabilidad de la marea".