El 2013 puede considerarse el año de los desguaces. Los problemas por los que atraviesa la flota gallega -y española-, motivados por la escasez de cuotas y los altos costes de gestión, hizo que el número de convocatorias para abandonar la actividad aumentase el año pasado, así como los fondos destinados a la paralización definitiva y el número de solicitudes presentadas por los buques de la comunidad. La Xunta destinó a lo largo del pasado ejercicio 17,16 millones de euros a subvencionar estas salidas de la actividad, lo que supone un incremento del 38% respecto a la partida de 2012. Y a esto hay que sumar los casi siete millones adicionales que anunció el Gobierno para la flota expulsada de caladeros como Mauritania y los buques afectados por el plan de recuperación de la merluza del norte. La renovación de estos fondos está ahora en manos de las autoridades europeas, que todavía no cerraron el nuevo Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP), del que dependen los subsidios al desguace.

Las ayudas a la paralización definitiva de buques, sin embargo, se hicieron esperan en 2013. Los armadores -especialmente los que operan el Gran Sol- exigieron a la Consellería do Mar la publicación de las convocatorias a principios de abril, pero el departamento que dirige Rosa Quintana justificó el retraso por la "dilación" en la aprobación de los presupuestos de la Xunta. La primera convocatoria, destinada a los buques gallegos de altura, llegó finalmente un mes después, en mayo. El Ejecutivo gallego anunció entonces una partida total de 9,5 millones, lo que supuso un incremento de casi el 19% en comparación con los fondos de 2012, que rondaban los ocho millones.

El sector alertó de que este año habría más solicitudes de lo habitual, debido a los problemas por los que atraviesa. Y no se equivocó. En total fueron 57 los armadores que presentaron la petición de ayudas al desguace, casi el doble que el año anterior, cuando la cifra quedó en 23. Los puertos de Vigo y A Guarda concentraron el mayor número de solicitudes presentadas, con 15 y 11 solicitudes respectivamente. Pero también tuvieron protagonismo los puertos lucenses, ya que solo el de Celeiro sumó seis peticiones, el doble que las presentadas en Burela. Finalmente, a la cifra récord de más de medio centenar de peticiones, contribuyeron las procedentes de puertos coruñeses, a razón de cuatro del propio puerto de A Coruña y tres del de Cariño.

Meses más tarde, en agosto, la Xunta publicó la convocatoria de desguaces para el sector de bajura, que los armadores esperaban también como agua de mayo. En este caso la partida inicial ascendió a 4,2 millones, frente a los 2,82 millones de 2012, lo que supuso un incremento de casi el 50%. Y en esta convocatoria la historia se volvió a repetir. Fueron 70 las solicitudes presentadas por el conjunto de dársenas de la comunidad, cuando un año antes la cifra se quedó en solo 53.

Los problemas a los que se enfrenta la bajura coruñesa por la falta de rentabilidad, así como la escasez de cuotas y el incremento de los costes de explotación, hizo que liderase -y con diferencia- las solicitudes de este año. 45 fueron las peticiones presentadas por los armadores de la provincia, frente a las 25 registradas en la anterior convocatoria. Y mientras en A Coruña el número de demandas de ayudas para la paralización definitiva aumentó un 80%, en la provincia de Pontevedra las solicitudes cayeron. Los armadores pontevedreses presentaron 15 peticiones (fueron 19 en 2012) y en Lugo la cifra ascendió hasta las 10 solicitudes (frente a las 9 del ejercicio anterior).

Tras cerrarse el proceso de solicitud de sus subsidios para el desguace de la bajura, la Consellería anunció una nueva partida para los pesqueros gallegos que faenan en aguas no comunitarias y terceros países. Los más de 3,4 millones de euros que destinó el departamento que dirige Rosa Quintana suponen más que duplicar los fondos iniciales destinados a esta misma medida el ejercicio pasado, 1,61 millones de euros. El problema para el sector estaba en que los buques expulsados de Mauritania ya en 2012 no podían acogerse a las subvenciones.

Pero el Ejecutivo central sorprendió a esta flota con una convocatoria nueva, sin precedentes, que puso el broche final a los desguaces de 2013. El Ministerio de Agricultura dio a conocer el presupuesto, del que se verán beneficiados los marineros expulsados del caladero de Mauritania, así como los afectados por el plan de recuperación de la merluza del norte y los implicados en la suspensión del acuerdo pesquero entre la UE y Guinea Bissau. La cuantía dedicada a esta partida ascendió a un total de 6.951.184 euros, un importe con el que el Ministerio que dirige Miguel Arias Cañete subvenciona tanto la paralización definitiva de los pesqueros como las ayudas socioeconómicas a los trabajadores afectados por el cese de su actividad.

Con todo ello, las ayudas para el desguace de la flota gallega y española batieron récords este año, así como las solicitudes presentadas por la flota. Y es que el sector ve en estos subsidios una forma de poder abandonar al actividad al no considerarla rentable, si bien hay partidos que defienden la eliminación de estas ayudas y exigen al Gobierno otras soluciones. Es el caso del BNG, que en noviembre reclamó que se paralizasen los desguace y se evitase el cambio de bandera de la flota gallega como "único recurso para su supervivencia". Además, recordó, fue el ministro Arias Cañete quien, en Bruselas, defendió el desguace de los barcos y afirmó que en los últimos 14 años la flota española ha reducido su capacidad un 43%.

Y es que el futuro de estos subsidios está en el aire, lo que influye también en el número de solicitudes de este año por el temor de los armadores a no poder volver a solicitarlas. La comisaria europea de Pesca, Maria Damanaki, propuso eliminar estos subsidios, pero la decisión todavía no quedará cerrada hasta que el trílogo que debate el FEMP -la Eurocámara, el Consejo de la UE y la Comisión Europea- cierre un acuerdo definitivo.

En cuanto lo haga, el sector sabrá si la línea de ayudas para abandonar la actividad sigue siendo una realidad o se extingue y acaba con los subsidios al desguace.