El reparto inicial de cuotas que planteó el Gobierno por comunidades para la flota de cerco no convence al sector pesquero gallego, que acudió ayer a Madrid con el firme propósito de lograr una distribución más igualitaria entre las autonomías que faenan en el Cantábrico Noroeste. La Secretaría General de Pesca concedió alrededor del 25% de las posibilidades de captura -principalmente de caballa y jurel- a los buques gallegos, por más del 40% para los vascos, lo que, según los armadores gallegos supone "una gran discriminación" para Galicia -por tener un censo de barcos mayor- una vez que los cupos asignados a cada comunidad se reparten por embarcaciones. Precisamente este es el primer año en que las cuotas se asignan por buques, después de que en una de las últimas reuniones de diciembre el sector optase por este modelo frente al uso global de las posibilidades de captura que rigió hasta el año pasado.

Frente al reparto de porcentajes por comunidades y su posterior distribución entre la flota de cada autonomía, Galicia -los representantes del sector y de la Consellería do Mar- propuso un reparto lineal de las posibilidades de captura, dando la misma cuota a todos los buques de iguales características del Cantábrico Noroeste, sin diferenciación por comunidades. Un planteamiento que recibió el rechazo frontal tanto del País Vasco como de Cantabria, las comunidades más beneficiadas por la propuesta inicial del departamento que dirige Carlos Domínguez.

A media tarde de ayer la falta de acuerdo era total y las partes buscaban poner en cifras a un reparto de cuotas que dejara satisfecho a la mayoría. Sin embargo, a última hora de ayer aún no había acuerdo sobre la distribución de las posibilidades de pesca y está prevista para esta mañana otra reunión entre las tres partes -Secretaría General de Pesca, los responsables en materia de Pesca de los Ejecutivos autonómicos y los representantes del sector pesquero de las distintas comunidades-.

El Gobierno quiere cerrar un modelo de gestión que mejore el control del consumo de cuota de las distintas especies y que permita a la flota mantener su actividad con normalidad la mayor parte del año. Al tener las posibilidades de pesca asignadas por buque, cada armador distribuye la cuota que tiene en función de sus necesidades e intereses. El reparto pretende acabar con la conocida como "pesca olímpica" que implicaba tener una cuota global, sin límite de pesca por embarcación, y que permitía faenar hasta que se acababa ese cupo unitario.