El amarre de la flota de cerco gallega en protesta por la propuesta de reparto de los cupos de xarda y jurel sigue en pie. Así lo decidieron ayer los armadores en una asamblea celebrada en Portosín, en la que pactaron exigir la dimisión del presidente de la Federación Galega de Cofradías de Pescadores, Benito González, por no defender los intereses del sector "como es debido". La flota empieza ahora a recabar apoyos entre los concellos que cuentan con buques de cerco, así como de los sectores comercializadores, para hacer "más presión" en su objetivo de conseguir una nueva distribución de cuotas. Y los armadores dan un ultimátum a la conselleira do Mar, de la que reprueban su gestión: exigen una reunión con Rosa Quintana, a la que dan de plazo hasta el sábado para que les reciba y busque una solución al problema.

Fueron los propios armadores de cerco los que convocaron el encuentro de ayer para tratar el amarre, que cumple hoy una semana. Y ahí reside el problema con la federación de cofradías. "Exigimos la dimisión de González porque tuvimos que ser nosotros los que convocasen este encuentro, él no quiso porque creía que no hacía falta. No está defendiendo los intereses del sector como es debido", critica la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga). Y González se defiende: "Nosotros ya convocamos una asamblea el sábado y cumplimos el protocolo a seguir". El presidente de los pósitos considera que pedir su dimisión es "ir a lo fácil". "Nosotros defendemos al sector lo máximo que se puede", concluye.

Precisamente, exigir la dimisión de González es uno de los cinco puntos del manifiesto aprobado ayer por el centenar de armadores reunidos en Portosín. El cerco pactó, además, reprobar la gestión de Quintana en el conflicto por la xarda, a la vez que exige una reunión con ella para buscar una solución, con un "plazo máximo de hasta el sábado" para que les reciba.

El cerco busca, además, recabar el apoyo de los compradores y comercializadores, para que salten en defensa del sector. Los armadores solicitan también que los concellos con flota de cerco -independientemente del partido político- aprueben una moción de apoyo para hacer "más presión".

Los cerqueros gallegos no piensan dejar su amarre hasta que el Gobierno plantee un nuevo reparto de los cupos de xarda y jurel que atienda a los aspectos socioeconómicos y no a las capturas históricas, como plantea la Secretaría General de Pesca. A día de hoy el paro es secundado por "casi el 100%" del cerco gallego -más de un centenar de buques-, pero los armadores piden a aquellos que todavía no amarraron que lo hagan para hacer "el máximo de presión posible".

Y mientras el sector sigue con su protesta, Quintana pidió ayer "tranquilidad y serenidad", al entender que Administración y sector están "en el mismo barco". "No hay necesidad de ir contra nadie", aclaró, al tiempo que resaltó que los armadores "nunca" le pidieron una reunión, por lo que asegura no entender el motivo del amarre, si bien la pasada semana afirmó que se debía al mal tiempo. Quintana plantea seguir con el reparto que propone Madrid y corregir los errores que haya en los datos históricos.