La sucesión de temporales que azota las costas gallegas en las últimas semanas disparó el número de varamientos de mamíferos marinos en Galicia. Desde que empezó el año se registraron ya más de 130 casos en todo el litoral, cuando la media anual ronda los 280 -si bien en 2013 se rebasó la barrera de los 300-. Hubo días, cuando las olas superaron los diez metros, en los que los técnicos de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma) se vieron "desbordados", según explica su presidente, Alfredo López, ya que llegaron a coincidir 14 varadas en una misma jornada.

La Cemma cree que el hecho de que en apenas mes y medio se contabilicen más de 130 casos entre delfines, ballenas, focas y tortugas es "algo extraordinario", ya que aunque su distribución a lo largo del año no es uniforme -se suelen concentrar entre enero y abril-, la sucesión de borrascas pulverizó todos los registros. Ahora bien, López puntualiza que solo en un pequeño porcentaje de los varamientos se puede establecer una relación directa entre los temporales de mar y las muertes de los animales: los ejemplares más débiles o separados de su manada que, "exhaustos" por los temporales, tienen problemas para alimentarse y acaban por fallecer.

Y es que la gran mayoría de los mamíferos marinos que llegan sin vida a la costa gallega ya murieron en alta mar, y el temporal solo ayudó a arrastrarlos hasta tierra. Por lo general, más del 50% de los ejemplares varados ya muertos son delfines comunes con signos de capturas accidentales, pero en lo que va de año ese porcentaje se elevó hasta el 90%. Un dato que López atribuye a que los delfines se podrían estar exponiendo durante la época de temporales a más riesgos de los habituales en busca de las especies de las que se alimentan.

Entre los ejemplares de mamíferos llegados a las costas de Galicia que han sobrevivido se cuentan dos cachorros de foca gris que aparecieron en A Laracha y Cambados, mientras que otro que fue hallado en Fisterra acabó muriendo. Las focas procedentes de las colonias de cría de Escocia e Irlanda suelen dejarse ver en las costas gallegas, y en general de toda la franja del Cantábrico, entre diciembre y marzo, tres meses después de su nacimiento y una vez que se han destetado, porque no soportan las duras condiciones del mar por esta época.

Otro fenómeno que estos días se relaciona con los temporales es la aparición en diferentes puntos de la costa gallega (Fisterra, Carnota, Oia o Nigrán) de ejemplares de medusas carabela portuguesa, y con ellas, de tortugas marinas que se alimentan de las mismas y cuyo hábitat son aguas más cálidas.