Los buceadores de la Guardia Civil realizaron ayer por la mañana las primeras inmersiones en la zona donde yace sumergido el Mar de Marín. "Eran de prueba y tenían como principal objetivo comprobar las condiciones de visibilidad y de la mar, y también intentar el balizamiento del pecio", explica el brigada José Ferro, responsable del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) en el dispositivo desplegado para localizar los dos cadáveres que presumiblemente permanecen en el interior del buque siniestrado. No lograron enganchar un cabo al casco para señalizar su posición en superficie, sobre todo por el escenario que encontraron allí abajo, que da una idea de la complejidad de este rastreo subacuático a 52 metros de profundidad. "Llegamos a tocar fondo y no se veía nada. Oscuridad total. Con una linterna, un metro, incluso menos", subraya.

-Por lo que describe la imagen captada por el sónar de barrido lateral, ¿en qué posición se encuentra el pecio?

-Hay que tener en cuenta que no son imágenes nítidas y dan lugar a muchas interpretaciones. Pero quienes las hemos visto pensamos que el barco está entero, y posado sobre un costado.

-El ROV del Don Inda logró balizar anoche el pecio. ¿Cuál es su plan de inmersión para hoy?

-Primero bajarán los buzos de Salvamento Marítimo, posiblemente con la Campana Húmeda, y a continuación nosotros, que descenderemos directamente por ese cabo/guía hacia el casco, y de ahí revisaremos todo lo que podamos.

-Serán los buzos quienes accedan al interior del barco, quienes asuman la búsqueda de los cadáveres, porque el ROV no sería capaz, ni siquiera con el brazo articulado.

-Aunque no puede acceder al interior te puede señalar una zona de entrada y liberarla de obstáculos. A nosotros nos interesa que revise el entorno; nos facilitará mucho la misión. Para el robot sumergible tampoco es fácil el rastreo, porque otro problema añadido es que al ser un barco de pesca tiene redes, boyas, antenas y un montón de cosas, y depende dónde se sitúe puede acabar atrapado también, por ejemplo, por un aparejo. Claro que también están previstas estas situaciones y llegado el caso hay buzos de apoyo para liberarlo.

-¿Cuánto tiempo podrán permanecen a esa profundidad?

-A esa cota y con el aire que llevamos, una monobotella de 15 litros de aire, nos permite permanecer en el agua unos 45 minutos, aproximadamente, pero solo 15 como máximo en el fondo. Si puedes hacerlo en 10 no lo haces en 15 para que luego puedas hacer las paradas correspondientes de descompresión a 6 y a 3 metros de la superficie. La gente debe saber que si no se hacen estas paradas antes de emerger las consecuencias pueden ser trágicas para el buzo.

-¿Cuál es la principal diferencia entre esta operación y la que realizó también el GEAS sobre el pecio del Santa Ana, sumergido a 30 metros?

-La profundidad. Aquí buceamos casi al límite de nuestra seguridad. Y ya no solo por la profundidad. A esto hay que sumarle el frío, el esfuerzo, el estrés, la tensión...

-¿Qué tipo de fondo se encontraron en las inmersiones de ayer por la mañana?

-Cascajo con una ligera capa de fango negruzco. La oscuridad era total. Así desarrollamos las primeras inmersiones: completamente a oscuras. Con la linterna apenas veíamos un metro. Además de la nula visibilidad había mucho mar en superficie y eso también complicó sobremanera nuestro intento de balizar el pecio.