El capitán, el segundo oficial y el vigía del Baltic Breeze declararon ante la jueza de Instrucción 7 de Vigo que el buque mercante redujo la velocidad antes de abordar al Mar de Marín al percatarse de que había riesgo de colisión. Los tripulantes del buque cochero indicaron a la jueza que no les dio tiempo de maniobrar cuando vieron que el pesquero se interponía en su camino y que redujeron la velocidad, además de realizar señales acústicas y luminosas.

La tripulación admitió también no haber contactado con el pesquero para advertirle de que su rumbo no era el adecuado, puesto que era la torre de control de Salvamento en Vigo la que se estaba comunicando con el Mar de Marín. Además, alegaron que no entendieron la comunicación por radio entre pesquero y torre porque hablaban en español y no entendían.

La operadora del mercante, Wallenius Marine Singapur, destaca que la declaración se alargó por las "laboriosas tareas" de traducción ya que la tripulación es asiática, y que nada más concluir regresaron al mercante para partir a las 21.30 horas rumbo a Argelia. Asimismo, hace hincapié en que la jueza no adoptó medidas cautelares, "ya sea en contra de los miembros de la tripulación o en contra de la nave". Con todo, la naviera y los miembros de la tripulación "estarán a disposición para cualquier aclaración adicional del incidente o para prestar cualquier ayuda que puedan dar".