Los buzos de la Guardia Civil recuperaron ayer el cadáver de la cuarta víctima mortal del naufragio del Mar de Marín, que pertenece al marinero natural de Ghana Alexander Nkeitah. El cuerpo fue localizado en el interior del barco, hundido a 57 metros de profundidad entre el islote Boeiro (Cíes) y los bajos de As Serralleiras (Baiona). Como se sospechaba desde el principio por el testimonio aportado por los cinco supervivientes, el marinero africano apareció en el interior del puente, donde toda la tripulación coincidió tras el impacto. Allí fue visto por última vez con vida Alexander Nkeitah, y aunque algunos testimonios creyeron verlo poniéndose el traje de supervivencia, el cadáver apareció sin este dispositivo.

La localización de su cadáver se produjo pasadas las siete de la tarde por parte de los buzos del instituto armado, apoyados en superficie por los cuatro tripulantes de la patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil del Mar, Corvo Mariño. Después de que el buque de Salvamento Marítimo, Sar Gavia, sumergiese la campana húmeda con cámaras en su interior, las imágenes retransmitieron un escenario del fondo muy diferente del encontrado hasta la fecha por el robot sumergible, en parte por la mejoría de las condiciones oceanográficas. La visibilidad de las aguas ya no era ayer tan reducida, y los aparejos tampoco envolvían del todo la zona del puente, lo que dejó libre pasillos por donde pudieron acceder los buzos sin riesgo de quedar enganchados. Con todos estos datos, el equipo subacuático planificó dos inmersiones: una por la mañana y otra por la tarde en la que participaron diez buzos. Finalmente consiguieron acceder al interior del puente del arrastrero, situado a unos 47 metros e izar a la superficie el cuerpo de Alexander Nkeitah, que media hora después llegaba a bordo de una zódiac a la estación marítima de Vigo.

Con la localización del cadáver del tripulante ghanés falta por aparecer la quinta y última víctima del naufragio del Mar de Marín, el también marinero Manuel Domínguez Mallo, natural de Marín. Su búsqueda continúa hoy por tierra, mar y aire.