El cerco gallego se prepara para otra batalla social contra el plan de gestión de la sardina con el que el Gobierno sorprendió a la flota a finales de abril. El Ministerio de Agricultura, consciente de que la especie está en una situación comprometida, pretende reducir las capturas en un 60% y repartir las cuotas de pesca entre los buques que se dedican a la especie con criterios históricos de sus capturas en los últimos diez años.

La junta directiva de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga) se reunió ayer en Portosín para pulir las alegaciones que presentarán el lunes ante la Comisión Sectorial del Cerco, para luego enviárselas al Ministerio de Agricultura.

Según Andrés García, uno de los representantes de Acerga y patrón mayor de Sada, el cerco entiende que más que un plan de gestión, la sardina necesitaría un plan de recuperación para asegurar su sostenibilidad en el futuro. Apunta además que si cualquiera de esos planes no incluye la zona de pesca VIIIb, en la costa de Vizcaya, donde opera la flota vasca, y donde desde hace unos años se pesca sardina "masivamente" según el sector gallego, no se conseguirá nada más que "arruinar al cerco gallego".