En menos de un mes científicos vinculados a la investigación marina ratificaron en sendos encuentros celebrados en A Coruña lo que el sector pesquero viene diciendo -lo señaló hasta la extenuación el expresidente de Arpesco, Jesús Etchevers- desde hace años: la situación de muchas de las especies comerciales en los caladeros comunitarios no es la que se viene conociendo como oficial, como algo constatado. Es más bien, una apreciación sin demasiada base y que sirvió, exclusivamente, para que los rectores de la pesca europea impongan sus criterios a una flota -en este caso la española y, más concretamente, la gallega- a la que han llevado directamente al desguace para beneficio de no se sabe bien quién o qué.

Los propios científicos e investigadores marinos acaban de referirse a la mejoría experimentada por las pesquerías de merluza, jurel, caballa, rape y gallo, con críticas inmisericordes a la gestión realizada por los políticos.

Es evidente que la posición de los investigadores se aproxima cada vez más a la de los representantes del sector, uniendo la investigación a la experiencia para dar un tirón de orejas a quienes en Bruselas adoptan decisiones contrarias, sí, a los intereses de los pescadores con el único afán, al parecer, de ser más cuidadosos que los propios trabajadores de la pesca que son, en definitiva, los más interesados en mantener la sostenibilidad de lo que es su medio de trabajo.

Creo que, en el fondo, Jesús Etchevers se estará riendo y pensando que las conclusiones a las que llegan los científicos no son otra cosa que otorgar la razón a aquellos que siempre la han tenido. Como en el caso de la sardina, a la que la conselleira Rosa Quintana -que tiene un amplio bagaje formativo relacionado con la pesca- se refirió también recientemente para determinar aquello que los marineros gallegos han dicho siempre: los vaivenes de esta especie nada tienen que ser con un mal estado del recurso, sino con los ciclos de la misma.

"A sardiña é como o tempo, ché -me decía un veterano marinero ribeirense-, hoxe está aquí e mañá vai ti saber onde; pero está. Ese é o carallo".

¿Y ahora, quién desmonta la película proteccionista creada en Bruselas por la comisaria Damanaki y sus antecesores en el cargo?

Unidos sector, científicos y Administración pesquera, se puede hacer algo. Todavía hay tiempo. Pero escuchando siempre la voz de los que saben de pesca y que no son otros que los pescadores. Porque, como ha escrito Woody Allen, "solo quien ha comido ajo puede darnos una palabra de aliento".