La Secretaría General de Pesca decretó ayer el cierre de la pesquería de jurel en la zona VIIIc (entre Fisterra y Bayona, Francia) para aquellos buques que decidieron llevar a cabo la gestión conjunta de los cupos de esta especie, alrededor de 140 barcos del cerco con puerto base en A Coruña, Lugo y Pontevedra. La medida afecta a los buques con gestión colectiva o conjunta, en la que las asociaciones de armadores distribuyen la cuota entre sus barcos asociados. La pesca en esta zona está prohibida desde las 00.00 horas de hoy, por lo que los armadores que quieran capturar jurel deberán desplazar sus barcos a la zona IXa (de Fisterra al golfo de Cádiz), todo un reto, explica el sector, para los barcos de pequeña eslora.

El representante de la Asociación de Armadores do Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García, lamentó ayer la noticia del cierre y expresó su preocupación por el futuro de la flota gallega del cerco. "¿A qué nos vamos a dedicar? Con el cierre de jurel nos quitan la única posibilidad que teníamos de faenar. No sé qué tienen pensado hacer con todos los barcos de Galicia que se van a quedar amarrados a puerto con este cierre", aseguró García.

El también patrón mayor de Sada insistió en las pocas opciones que le quedan a la flota para "seguir viviendo". "No podemos pescar sardina, la xarda que queda es puramente testimonial porque su época [primavera] ya pasó y las capturas que tenemos de cabalón son casi accidentales", declaró.

El director general de Ordenación Pesquera, Carlos Larrañaga, se comprometió a intentar solucionar la situación que atraviesa el cerco gallego en conversaciones con el sector. "Hablamos con él para transmitirle nuestras circunstancias y se comprometió a intentar conseguir más jurel. Sabemos que es difícil y que ellos tienen que cumplir también con su deber. Hay que buscar una solución entre todos porque el año hay que terminarlo y aún queda mucho para que se acabe", apostilló García.

La Comisión planteó a principios de esta semana reducir la cuota de jurel del Cantábrico un 27% en 2015 (de 18.508 toneladas asignadas este año a las 13.572 del que viene) y aumentar un 70% el cupo en aguas de la costa portuguesa (de 35.000 a 59.500). El cerco critica duramente esta decisión y solicita un cambio en el reparto y la gestión de las cuotas. "Esperemos que la reducción sea menor. Aún así, no es normal que Galicia esté dividida por una línea y hacia arriba no se pueda pescar y hacia abajo sí. No debería existir esta división porque el comportamiento del jurel es el mismo en las dos zonas. Esta decisión carece totalmente de sentido", concluyó García.