Si Gerardo Vázquez Bazarra no está ni se le espera en la cofradía de pescadores de Portosín, donde fue elegido patrón mayor en los comicios del pasado verano, el desconcierto en el mismo pósito llega a lo absurdo.

Si se pregunta en la cofradía si el patrón mayor ha dimitido o no oficialmente, no saben ni contestan pero remiten a Iván Carreño, vicepatrón mayor, dando a entender que este es quien ejerce como tal patrón mayor. Pero si se habla con el propio Iván Carreño, este niega la mayor y hace recaer en Gerardo Vázquez Bazarra la autoridad máxima en el pósito de Portosín.

Por elevación, se pregunta a la Federación Provincial de Cofradías de A Coruña y la respuesta de sus dirigentes es alta y clara: la cofradía de la que es patrón mayor Vázquez Bazarra no ha informado de tal dimisión, por lo que a todos los efectos continúa siendo patrón mayor el propio Bazarra.

Va uno un poco más arriba y le confirman que la Consellería do Mar es conocedora de la decisión del patrón mayor de Portosín de presentar su dimisión; pero tampoco confirman si ha cesado como tal.

Y como el interesado no da señales de vida, hay que convenir que Vázquez Bazarra, a pesar de lo dicho por él mismo a los socios de la entidad, es, a día de hoy, el máximo dirigente del pósito.

Un lío.

Puede que no tenga mayor importancia que un patrón mayor dimita porque, hasta que se produzcan elecciones para cubrir las vacantes, será el primer vicepatrón mayor el que sustituya al dimisionario. De esta manera, la entidad continúa desarrollando sus tareas habituales y siempre hay alguien que ordena, manda y hace saber.

Pero crea incertidumbre. Y Vázquez Bazarra debe ser consciente de ello. O se va o se queda. Pero ya ha transcurrido una semana desde que anunció su renuncia al cargo y, sin embargo, se mantiene en el mismo.

Un lío, entre otras cosas, porque el sector cerquero local se mantiene dividido y no sabe exactamente a qué carta quedarse en un momento trascendental para este segmento de flota.

Lío, por otra parte, que la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga) ha querido aclarar al arriba firmante: de los 112 armadores que componen esta asociación, ninguno ha mostrado disconformidad con los planteamientos de la entidad y abonan religiosamente sus cuotas. Hay unidad, a pesar de que algún armador ha tenido que ser "separado" de Acerga y esta prosigue en su navegación rumbo a la consecución de objetivos como los que ahora están a la vista y que se llaman xarda, jurel y sardina.