La Autoridad Portuaria de A Coruña es, a todos los efectos, responsable del estado en que están todos los faros, balizas, enfilaciones y cualquier otra señal marítima entre Mera (Oleiros) y Ribeira (faro de Corrubedo). Una veintena de municipios costeros plagada de esas que se dice son, hoy, reliquias de un pasado no lejano pero que, una a una, encierran la intrahistoria de la navegación nacional e internacional, con centenares de buques hundidos y miles de víctimas en naufragios en los que faros y balizas jugaron un papel fundamental.

Mucho se ha escrito sobre ellos y sus técnicos de señales marítimas -hasta no hace mucho "fareros"- hicieron de documentadores. En el faro de las Illas Sisargas, a tiro de piedra de Malpica pero también con un largo historial de accidentes, también hay escritos que los fareros de servicio -algunos aislados durante semanas porque el mal tiempo impedía avituallarlos- habrán realizado en sus libros de incidencias y cuadernos de bitácora, con sus experiencias.

Los fareros se sustituyeron por medios técnicos avanzados. Entre los muros de las casas de los habitantes de estas torres han quedado los registros de cuanto incidente o accidente se ha producido en las inmediaciones.

El faro de As Sisargas fue abandonado hace unos años por el último farero. En su interior quedó toda la documentación de más de 150 años de historia (el faro funciona desde 1854, aproximadamente). Una documentación que muchos, entre ellos el alcalde de Malpica, quieren rescatar para evitar una pérdida irreparable y que, supuestamente, se está produciendo por el abandono de los responsables de turno y la humedad del lugar.

El ayuntamiento de Malpica debiera recibir cuanto han escrito los técnicos del faro e integrar esos documentos en la biblioteca municipal. Pero, según me cuentan personas interesadas en el rescate de tal documentación, la petición municipal no halló eco en la Autoridad Portuaria de A Coruña y Galicia corre el riesgo de perder una fuente de información marítima.

Tal vez sea hora de delegar en la administración municipal para evitar que se cumpla el dicho marinero por el cual "quien contra el viento quiera mear, por fuerza se ha de mojar".