El aprovechamiento comercial de las algas aumentó durante los últimos años en Galicia y el número de empresas que utilizan este recurso en la elaboración de sus productos -para uso alimenticio, gastronómico o farmacéutico- es cada vez mayor. Aún así, la venta de estos productos cayó más de la mitad el pasado ejercicio, al pasar de las 160 toneladas de 2013 a las 69 de 2014, un 57% menos. La facturación derivada de esta comercialización también descendió aunque en menor medida, de los 97.536 euros de hace dos años a los 60.926 de 2014.

El responsable de Portomuíños -la empresa coruñesa que lleva más de diez años volcada en la investigación y comercialización de algas-, Antonio Muíños, afirma que este descenso tiene su explicación en los fuertes temporales que azotaron las costas gallegas a comienzos del año pasado. "Las ciclogénesis de enero y febrero cambiaron el ciclo de producción. Nuestro trabajo está muy ligado al medio natural y los temporales nos afectan de manera prolongada. El mal tiempo en enero, por ejemplo, puede estropear las algas que debemos recolectar en mayo", declaró.

De los trece tipos de especies que se comercializan en la comunidad, el argazo (Laminariaceae) y el golfo (Undaria pinnatifida) concentraron casi la mitad del volumen de ventas el año pasado (con 17,4 y 15,5 toneladas respectivamente), seguidas muy de cerca por la lechuga de mar (Chlorophyceae) con 15,3. El precio medio de estos recursos marinos subió, sin embargo, en el último ejercicio. El kilo de este recurso se vendió a 0,80 euros, frente a los 0,60 de 2013, un 33% más.

Estas cifras suponen un parón en la tendencia de los últimos años, sobre todo si se compara con el notable incremento que se produjo entre 2010 y 2012, cuando las ventas se triplicaron. Mientras en 2010 la comercialización en las lonjas gallegas sumó en su conjunto poco más de 55 toneladas (y 28.358 euros de facturación), en 2012 la cifra batió un récord y rozó las 200 (198.553 kilos que supusieron unas ventas de 120.269 euros). Aún así, Muíños mantiene el optimismo y espera recuperar el ritmo de recolección de años anteriores. "Estamos todavía en mayo y es muy pronto para hacer balance. 2015 está siendo un buen año y creo que superaremos sin problemas las cifras de 2014 y volveremos al nivel de ejercicios anteriores", apuntó.

La extracción de algas, que se usaron tradicionalmente en las zonas costeras de la comunidad como fertilizante natural tras su recogida directa en playas y rocas, está regulada en la actualidad por una normativa específica de la Consellería do Mar. La Xunta establece trece planes de explotación diferentes (para la extracción a pie o para buceo), cinco en la provincia de A Coruña y ocho en la de Pontevedra.