La conservera coruñesa Calvo ha logrado esquivar los efectos de la crisis económica y en 2014 volvió a mejorar sus resultados en relación con los ejercicios anteriores. El grupo de alimentación con sede en Carballo pasó de registrar números rojos en 2006 y 2007 a obtener beneficios anuales, cada vez mayores, desde 2008. La firma coruñesa cerró el pasado ejercicio con unas ventas de 765 millones de euros, un 7,4% más que el año anterior, cuando su facturación fue de 712 millones. Este repunte supone mantener la línea ascendente de facturación iniciada en 2006.

Mientras, el beneficio del grupo antes de impuestos y amortizaciones (Ebitda) aumentó por séptimo año consecutivo al situarse en 51,5 millones de euros, una cifra un 5,2% superior a la de 2013 (49 millones). "Los resultados obtenidos en 2014 vuelven a demostrar los sólidos fundamentos de negocio del grupo y ponen en valor la versatilidad de la integración vertical de nuestra cadena de valor y de nuestra diversificada presencia internacional", afirmó el consejero delegado de Calvo, Mané Calvo, en un comunicado emitido por la compañía.

La grupo coruñés creció además en todos los mercados en los que está presente, al mejorar sus resultados un 3% en Europa y un 8,2% en América, donde la depreciación de las divisas con respecto al euro -sobre todo en Brasil y Costa Rica- afectó a las ventas del grupo. "Sin ese efecto, la facturación habría superado los 800 millones de euros y el Ebitda habría alcanzado los 55 millones", explicó Mané Calvo.

Este es también el primer ejercicio en el que la firma de Carballo supera las 100.000 toneladas de volumen de venta de producto terminado, un 6,2% con respecto al año anterior. "Es un hito en los 75 años de historia del grupo", explicaron los responsables de la empresa conservera.

El grupo de alimentación registró pérdidas en 2006 y 2007, justo antes del estallido de la crisis económica internacional. La firma perdió por en esos dos años 14 y dos millones de euros respectivamente, lo que la llevó a realizar un giro en su estrategia empresarial y a optar por una política ambiciosa de internacionalización e innovación. Desde entonces, Calvo incrementó su facturación de manera progresiva hasta duplicar sus ventas en los últimos nueve años. La firma pasó de los 342 millones de euros que obtuvo en 2006 a los 765 de este año. Esta tendencia se produjo en un entorno económico nada favorable para la conservera coruñesa, que tuvo que hacer frente a la mayor presencia de marcas blancas en el mercado.

Precisamente, la firma optó en los últimos años por la innovación y la diversificación de sus productos con el objetivo de incrementar el "valor añadido" de los mismos a través de una gama de productos naturales y otro tipo de alimentos como conservas vegetales, ensaladas y platos preparados.

El grupo de alimentación de Carballo cumple 75 años de historia en este 2015, después de que la familia Calvo lo fundase a principios de la década de 1940. Inicialmente construyó una pequeña fábrica de conservas y hoy es una firma internacional que integra todas las fases del proceso productivo de alimentos transformados.

Calvo está presente en más de 70 países y cuenta con una plantilla que supera los 4.500 empleados. La firma tiene además una flota de once buques. La última incorporación se produjo en 2013, la de un atunero para abastecer sus plantas de producción y envases de España, El Salvador y Brasil.

La conservera de Carballo, al margen de comercializar productos bajo la enseña Calvo, es también propietaria de otras marcas líderes en sus respectivos mercados, como la italiana Nostromo y la brasileña Gomes da Costa.