Los tiempos en los que el caladero de Gran Sol (Grand Sole, equivalente a "gran lenguado" traducido del francés) acunaban 300 barcos españoles desaparecieron en 1986, cuando el país firmó su adhesión a la extinta Comunidad Económica Europea (CEE) y entraron en vigor los criterios de estabilidad relativa. Un sistema de reparto de cuotas que nunca se ha modificado y que, según los análisis de los armadores gallegos, provocan que Galicia tenga solo el 7% de las cuotas pese a tener el 24% de capacidad pesquera de toda la UE. El escaso margen de maniobra y la adecuación de la flota a las exiguas posibilidades de pesca han provocado el desguace de 30 buques entre 2008 y 2013. Pero solo en el último semestre, y según datos del sector, la flota española de Gran Sol ha perdido diez efectivos más. Ya no son un centenar: "oficiosamente" solo quedan 86 buques.

El último censo publicado por el Boletín Oficial del Estado (BOE), del 17 de marzo, incluía 96 buques, pero una decena se han dado de baja, bien porque han ido al desguace, bien porque han emigrado a otro caladero. El elegido es Namibia, muy abundante en merluza, para lo que los buques de Gran Sol están habilitados. El sector clamó en los últimos años contra las nefastas políticas comunitarias de pesca que impiden a los buques gallegos no solo tener unas posibilidades de pesca acordes con su capacidad y relevancia del sector en la economía, sino aprovechar los excedentes de especies como rape que no se capturan. España tiene menos de 2.500 toneladas de cuota para esta especie mientras quedan sin faenar otras 14.000 cada año.