-¿Cuáles son los principales retos de las cofradías gallegas a corto plazo?

-La modificación del sistema de cuotas, porque no reconoce la alta dependencia que tenemos de la pesca ni el peso socioeconómico que tiene nuestra flota. Tenemos que ir además hacia la cogestión y gobernanza de los recursos. Cada vez es más evidente que el sector debe participar en la toma de decisiones con respecto a los cupos. No debe estar todo en manos de la Administración, que es quien manda y ordena. Las ONG y la sociedad civil (que está cada vez más involucrada) deben estar presentes también en este proceso.

-¿Qué es lo más difícil de representar a uno de los sectores más importantes de Galicia?

-Es un colectivo muy variado y la federación debe defender a todos. Todo lo que acontezca, te afecta. Además, nuestro sector está muy atomizado, con representación en muchas figuras diferentes y eso quizás juegue en contra nuestra. Con una sola voz podemos gritar más fuerte y más alto, pero, con muchas voces, la verdad es que el mensaje se diluye. Si a Europa llegan muchas voces débiles en vez de llegar una voz unida y fuerte de todo el sector pesquero gallego, siempre nos van a tener en menos consideración.